Un perverso y LGBTIfóbico estudio afirma que la “comida basura” y dormir poco te “vuelven gay o trans”

Un perverso y LGBTIfóbico estudio afirma que la “comida basura” y dormir poco te “vuelven gay o trans”

Me estaba acordando de aquella homófoba afirmación que en 2010 hizo el presidente de Bolivia, Evo Morales, en la “Primera Conferencia Mundial de Pueblos sobre el Cambio Climático y la Madre Tierra”. Morales soltó: “El pollo que comemos está cargado de hormonas femeninas. Por eso, cuando los hombres comen esos pollos, tienen desviaciones en su ser como hombres”. Si en su día ese comentario nos hizo reír por la falta de rigor científico de un señor que también decía que la calvicie de los europeos se debe a la supuesta mala alimentación que existe entre los habitantes del Viejo Continente, no nos ha hecho ni pizca de gracia que una profesional con una diplomatura en Psicología Clínica publique un pseudo estudio científico que va en contra de las organizaciones médicas importantes en la que afirma que puedes “cambiar tu orientación sexual” (como quien cambia de complemento para ir variando el look).

El estudio, titulado “La dieta moderna y el estrés causan la homosexualidad: Una hipótesis y una terapia potencial”  fue publicado por Rita Strakosha quien tiene un MPS (que viene a ser como una licenciatura) en Psicología Clínica por la Universidad de Albania. Y que, hay que decir que ella misma lo autopublicó sin la revisión de autoridades en el área de la psicología que supervisaran y ratificaran su contenido.

En su trabajo, que da risa o lástima según se mire, Strakosha afirma que la homosexualidad y la transexualidad es causada por nuestras dietas modernas, principalmente la disponibilidad y el consumo de comida rápida (fast food). La comunidad LGBTI, afirma, “tiene un mayor número de personas que viven con trastornos de la alimentación, que normalmente implica comer grandes cantidades de alimentos con alto índice glucémico y grasa o comer una dieta desequilibrada, inclinándose hacia los carbohidratos. Algunos estudios muestran una mayor tasa de obesidad entre los homosexuales”, recalca Strakosha.

“Los hombres gays, las mujeres lesbianas y bisexuales tienen una mayor probabilidad de consumo de bebidas azucaradas que hombres y mujeres heterosexuales” y en su discurso sin sentido concluye que en el pasado, “Las dietas altas en calorías y el alcohol estaban principalmente disponibles para las elites sociales, donde la homosexualidad también era más frecuente”.

Así que Strakosha directamente vincula la homosexualidad a las grasas, los azúcares y el alcohol mientras que en su LGBTIfóbico estudio sin pies ni cabeza sugiere cómo poder eliminar una atracción por el mismo sexo: “Podrían disminuir y prevenir el retorno de las atracciones homosexuales eliminar de la dieta las grasas, los azúcares y el alcohol ayudando a restaurar un patrón de sueño natural”.

“La privación del sueño y el estrés contribuyen a la homosexualidad”, afirma Strakosha. Así que las personas que quieran “mantenerse heteros” deben “evitar los alimentos que pueden ser perjudiciales justo antes del sueño, como los alimentos pesados, comidas grasas o fritas, platos picantes, cítricos y bebidas carbonatadas”.

Strakosha también, en consonancia con la Fundación Nacional del Sueño, recomienda recibir al día suficiente luz natural, hacer ejercicio y no dormir una siesta de más de 30 minutos. La única parte coherente de su estudio.

Strakosha también recomienda para los conflictos interpersonales y otras fuentes de estrés emocional realizar terapias cognitivas y conductuales. Y aunque no publicita directamente la “terapia gay” o la “terapia de conversión”, también conocida como “terapia de reparación”, hace una recomendación en la búsqueda de “terapias de orientación sexual”.

Posiblemente a esta señora le hayan dado el título en una tómbola ya que no hace falta ser profesional de la psicología para saber que la homosexualidad no se puede “curar y tratar” a través de una terapia ya que no es una enfermedad mientras que la “terapia de conversión” es peligrosa y potencialmente letal y ha sido desacreditada por todas las principales organizaciones de salud pública mundiales.

En cambio, Strakosha recomienda entrar en “hibernación sexual” a través del cambio de dieta. Durante este período habría algo llamado la extinción del estímulo: “Al despertar el interés sexual, la respuesta a los estímulos sexuales previos no se reiniciará inmediatamente y en el mismo nivel que antes. Se necesitaría tiempo para alcanzar el mismo nivel que antes de la hibernación. La interrupción de la hibernación sería un momento oportuno para el cambio de orientación sexual”, dice esta señora a la que no se puede llamar profesional de la psicología por las patrañas que lanza.

Y si hay alguna duda sobre que Strakosha está hablando de una forma de terapia de conversión, los dos últimos párrafos le delatan: “Recompensar las atracciones heterosexuales e ignorar las homosexuales, ayudaría a cambiar la orientación sexual hacia el final heterosexual de la Escala de Kinsey. Puesto que la energía sexual tendría una salida para expresarse (comportamiento heterosexual), no habría consecuencias negativas para la salud mental del homosexual. Las personas con un historial más largo de atracciones homosexuales y aquellas con factores prenatales o genéticos más fuertes tendrían más dificultades para obtener beneficios de esta terapia”, afirma.

No nos cabe duda que el trabajo de esta señora ha estado costeado por alguna organización que propugna terapias de conversión.

¡No te dejes manipular y se feliz como naciste porque eres un ser único y especial por mucho que ciertos desaprensivos como esta señora quieran hacerte ver lo contrario!

  • María de Jesus Vallejo

    María de Jesus Vallejo

    16/08/2021

    Una pregunta, ¿Porque es peligrosa la terapia de conversión?

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