Trump y su plan como “Santo Inquisidor” con las personas LGBTI

Trump y su plan como “Santo Inquisidor” con las personas LGBTI

¿Qué tienen en común Donald Trump y el primer inquisidor general de Castilla y Aragón en el siglo XV, Fray Tomás de Torquemada? Tal vez mucho. En estas dos fotos el parecido es razonable y basta con colocarle al personaje de Torquemada un peluquín rubio en la cabeza para que parezcan hermanos gemelos. Chascarrillos aparte, un borrador de una orden ejecutiva que amplía las libertades religiosas está siendo valorado por el ejecutivo del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en el que se esbozan planes para legalizar la discriminación a personas LGBTI y otros colectivos sociales en minoría. El proyecto, filtrado a The Investigative Fund y The Nation, ha sido denunciado y muy criticado por  organizaciones LGBTI, entre ellos, Chad Griffin, presidente de la Campaña de Derechos Humanos, una de las organizaciones con más proyección que vela por que se cumplan los derechos fundamentales.

El proyecto pide en sus cuatro páginas que se amplíen las libertades religiosas “al proporcionar servicios sociales, educación o asistencia sanitaria; ganarse la vida, buscar trabajo o emplear a otros; recibir subvenciones o contratos del gobierno; o de otra manera participar en el mercado laboral, la plaza pública, o la interacción con los gobiernos federales, estatales o locales”. Además, contempla exenciones en la tributación para las personas y organizaciones que reclaman objeciones religiosas o morales al matrimonio entre personas del mismo sexo y a la identidad trans, así como el sexo antes del matrimonio y el aborto.

Según GLAAD, tal orden haría legal que los empleadores despidieran a una persona LGBTI sin penalización y que los servicios de Bienestar Infantil y de Adopción les negaran a las parejas del mismo sexo la posibilidad de adoptar niños.

GLAAD también señala que las escuelas también pueden discriminar abiertamente a los maestros, profesores y estudiantes LGBTI y que los funcionarios gubernamentales pueden negar servicios a las personas LGBTI, incluyendo funcionarios del condado que emitan licencias de matrimonio para parejas.

“Si algo en este documento se convirtiera en Ley Federal, sería una licencia nacional para discriminar, y pondría en peligro a las personas LGBTI y sus familias. La libertad de religión no significa la libertad de discriminar”, afirma Sarah Kate Ellis, Presidenta y CEO de GLAAD.

El proyecto se conoce en la misma semana que Trump ha afirmado que no va a rescindir la orden ejecutiva de su antecesor sobre protección LGBTI en el lugar de trabajo.

“El hecho de que este tipo de orden esté incluso bajo consideración pone en evidencia la agenda anti-igualdad que este gobierno trae a la Casa Blanca, demostrando una vez más que la administración Trump miente descaradamente al pueblo estadounidense, incluyendo a los contribuyentes que ahora estarán obligados a financiar la discriminación que no apoyan”, dijo Winnie Stachelberg, del Center for American Progress en un comunicado.

El Fondo Nacional de Acción de la Fuerza LGBTI llama al proyecto una carta de discriminación generalizada y divisiva: “Está diseñado para destruir vidas y revertir los derechos fundamentales. Destruye la separación entre la Iglesia y el Estado y tiene como objetivo combinarlos. Tendrá un impacto inmediato y escalofriante en cada aspecto de nuestras vidas, afectando desproporcionadamente a los vulnerables … Si Trump firma ésta o una orden similar, será un día verdaderamente devastador para las libertades americanas”, advirtió Rea Carey, directora ejecutiva del grupo.

El clamor público inmediato en respuesta a la orden filtrada confirmó lo que ya sabemos: Las personas rechazan abrumadoramente la discriminación contra las personas LGBT y no quieren dinero de los contribuyentes para financiar el odio ya sea contra las personas LGBT, las mujeres, los inmigrantes musulmanes o los refugiados, no tiene lugar en el país.
La Administración tiene que detenerse. Así que de momento, no hay fecha para que siga adelante esta orden ejecutiva: “No tenemos planes de firmar nada en este momento, pero le informaremos cuando tengamos alguna actualización”, dijo Sarah Huckabee Sanders, portavoz de la Casa Blanca, a ABC News después de que se filtrara el texto.

Una de las muestras de la oposición a Trump han sido los actos de vandalismo, enfrentamientos con la policía y el cierre del campus de Berkeley en la madrugada del pasado 1 de febrero donde estaba previsto que diera una conferencia el polémico activista gay, escritor, representante de la denominada Alt-Right (Derecha Alternativa) y editor británico del medio Breitbart, Milo Yiannopoulos, quien genera sentimientos encontrados. Es señalado como un representante de la derecha conservadora, la xenofobia, el extremismo, un misógino reconocido, anti-islamista y homófobo a pesar de ser gay y declarado ferviente seguidor de Trump. Al final, el acto se tuvo que cancelar por la ola de protestas violentas y Trump amenazó a la Universidad desde su cuenta de Twitter: “Si la Universidad de California no permite la libertad de expresión y practica la violencia en personas inocentes, ¿le cortamos los fondos?” El incidente de Berkeley ha sido, hasta ahora, uno de los más violento desde que Trump asumió la presidencia hace unas semanas.

Trump se está ganando a pulso a tan sólo unos días de que asumiera el mandato ser uno de los presidente norteamericanos más polémicos que ha logrado enfrentar a la sociedad pero, claro está, tal y como el afirma “todos son invenciones de los medios” a los que tiene en su gran mayoría en contra.

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