Trío amoroso gay en “Contigo al fin del mundo”, el nuevo dating show de Antena 3

Tan real como la vida misma. ‘Contigo al fin del mundo’ es un nuevo programa de Antena 3 producido por Warner Bros ITP y Eyeworks España y presentado por el periodista vasco de la ETB, Julián Iantzi. Este reality pretende descubrir el día a día de personas que tuvieron que salir de España en busca de una vida mejor. Vidas muy diferentes, pero todas con un punto en común: ninguno ha encontrado aún el amor. El programa les dará así la oportunidad de hallarlo, en un formato lleno de viajes, aventuras y, sobre todo, amor.

El primer programa de ‘Contigo al fin del mundo’ ha hecho que el amor traspase las fronteras de Dubai, Shanghái y Miami. Grandes broncas, emotivas confesiones, mucha química e incluso, la primera despedida han formado un estreno único. Elena, Raúl y Rafa han sido los solteros que han comenzado su gran historia y de la mano de sus candidatos, nos han dejado los momentazos inolvidables.

Y en el gigante asiático vive Rafa, un exitoso empresario alicantino que tiene una productora propia, con sede en Shanghái, junto a sus dos hermanos. Un hombre trabajador, muy sibarita, fiel y amante de la buena vida que, al llegar a su casa solo le espera su gata y está buscando un hombre español: “Muy masculino porque los asiáticos son demasiados andróginos. Vivo rodeado de heterosexuales y necesito un hombre español que sea gay pero sin pluma”. Así definía el concursante al candidato perfecto para él.

Y el programa le encontró al barcelonés Fernando, un joven capaz de dejarlo todo por amor y con un aspecto muy masculino que no dudó ni un momento en hacer las maletas para ir en busca del amor ¿Con quién se iba a encontrar?… Pues con un empleado de la compañía de Rafa que no dominaba ni el español, ni el inglés y al que el barcelonés siguió confundido y esperando que no fuera el hombre ideal que habían buscado para él ¿Si Rafa no tuvo tiempo para buscarle al aeropuerto, tendrá tiempo para dedicarle a consolidar su relación de amor?

Llegó el momento del encuentro y ambos se gustaron a primera vista pero había que ver si encajaban como pareja. Rafa hizo de perfecto anfitrión enseñándole la enorme ciudad a su invitado: Le llevó a un parque y le contó cuál era su filosofía de vida. Por su parte, Fernando se mostró cohibido. Siendo empleado en unas oficinas de un supermercado no estaba acostumbrado a los lujos y al ritmo de vida del empresario. Rafa decidió que su invitado pasara la noche en su casa, eso sí, en habitaciones separadas. El empresario le contó que tenía planificado meticulosamente lo que quería hacer los próximos 5 años con su vida. En sus planes estaba casarse y dar la vuelta al mundo.

Al día siguiente, Rafa se sorprendió de que Fernando le contara que su gata había pasado la noche haciendo compañía a un extraño y le invitó a su cama para hacer juntos meditación. Así pudo descubrir que el espíritu inquieto del barcelonés no estaba para esas zarandajas de la meditación.

Ya en la calle el empresario llevó al barcelonés a su sastre y se echó las manos a la cabeza cuando descubrió que Fernando tenía la misma ropa para salir que para ir a trabajar y no le preocupaba un pimiento su aspecto exterior porque no estaba pendiente de sus estilismos y le confesó “Tengo camisetas en el armario de hace 10 años y de más”. Así que Rafa se propuso asumir el rol de personal shopper del catalán.

A medida que pasaban el tiempo juntos, el feeling era cada vez más fuerte entre ambos y aún se reforzó más cuando salieron a pasear por la ciudad con la nueva ropa elegante que Rafa le había comprado a su invitado… ¡tanto es así que parecían mellizos!

A la hora de la cena llegaron las confesiones. Rafa le contó a Fernando que había tenido una relación de 18 años y que se había enamorado una sola vez pero que esa persona había fallecido “a mi lado” tras padecer una larga enfermedad degenerativa. Por su parte, Fernando le contó que había terminado con su novio después de 4 años de relación.

Lo que ambos no s esperaban era la sorpresa que les había preparado el programa y que venía en forma de amante de la repostería, de un metro y 58 centímetros de altura y de nombre Félix. Efectivamente, porque en esto de la búsqueda del amor el programa había buscado otros candidatos por si cuadraban más al concursante.

¿Después de la conexión que ya había entre Rafa y Fernando, será Félix un duro contrincante para el catalán?…. Lo veremos la semana que viene ¡Este programa promete darle un poco de salsa a las aburridas veladas televisivas de los lunes!