¿Se puede ser gay y de derechas?: Los homosexuales que apoyan a Donald Trump son homófobos, blancos y quieren "guerra"

¿Se puede ser gay y de derechas?: Los homosexuales que apoyan a Donald Trump son homófobos, blancos y quieren “guerra”

A la pregunta: ¿se puede ser gay y de derechas?. La respuesta es sí. Ahí tenemos el caso de Javier Maroto, quien protagonizó la última boda gay “bendecida” por la plana mayor del PP o Iñaki Oyarzábal (que curioso que estos políticos visibles sean del País Vasco). Otro claro ejemplo es Luís, un joven que tiene 26 años y trabaja en una consultoría. Lleva desde los dieciséis años afiliado al Partido Popular. En el Orgullo Gay del 2015 fue el creador del polémico hashtag #YoSoyGayYdelPP y es el autor de la frase que nos da muchas pistas: “Me atrevo a decir que el 60, el 70% o incluso más de los chicos de Nuevas Generaciones de Madrid son gays. La realidad es así porque la conozco yo desde dentro”. ¿Cómo puede existir una especie de homofobia dentro de la homosexualidad y  por qué está la gran mayoría “armarizada”?. Nunca lo he entendido, ni lo entenderé pero así son las cosas.

Y en USA no es diferente, la semana pasada se celebró la Convención Nacional Republicana (GOP) y en la que aparte de nominar formalmente a los LGTBIfóbicos Donald Trump para presidente y a Mike Pence para vicepresidente, se aprobó un programa de terror que, de alcanzar la Casa Blanca, que se vayan preparando las personas LGTBI. Proponen la legalización de las perniciosas terapias para “curar gays”, el proyecto de ley HB 583, el cual, invita a la humillación y el acoso a cualquier persona que no sea considerada suficientemente femenina o masculina ante los ojos de los demás y que convertiría en delito que los transexuales usen los baños públicos asociados a su identidad sexual, la derogación de la Ley Federal del matrimonio entre personas del mismo sexo y, por supuesto,  detener la adopción por parte de parejas homosexuales.

Parece absurdo que alguien del colectivo LGTBI vote por Donald Trump pero el caso es que los gays también han estado presentes en la citada convención. Se hacen llamar ‘Gays for Trump’ y, por supuesto, responden a los arquetipos: Son de raza blanca y quieren guerra. Uno de los ponentes del encuentro era un chico que cumplía todos los estereotipos del hombre gay amanerado que fuerza su carácter, de rubio “pollito” y con un chaleco antibalas. Cuando se lo quita, vemos que en su camiseta pone “Nosotros devolvemos los disparos“, con una ametralladora con la bandera LGBT. Vamos, que lo que quieren es más armas, más peleas, más odio y mucha más muerte.

A ellos les dan igual los derechos sociales de los homosexuales, los inmigrantes o cualquier otra persona que no sea un hombre americano blanco. Verdadero terror desde dentro.

Otro ejemplo del desconcierto es Chris Barron, un prominente homosexual republicano y ex presidente del grupo conservador gay de la ahora extinta GOProud, que fue súpercrítico crítico con Trump pero que ahora está haciendo circular una carta entre los miembros de ideas afines de la comunidad LGBT, con el argumento de que el republicano Trump es el candidato ideal para protegerlos de los actos de extremismo frente a la presidente de la demócrata, Hillary Clinton.

“No tengo ninguna duda de que Donald Trump sería mejor para los estadounidenses LGBT”, dijo Barron en una entrevista con la CNN. “Hillary Clinton quiere seguir una política exterior imprudente que ha hecho el mundo menos seguro para todos los estadounidenses, incluyendo los estadounidenses LGBT. Cuando tenemos a ISIS lanzando a las personas homosexuales desde edificios, cuando tenemos estados musulmanes que se prevé la pena de muerte para las personas que son homosexuales, yo creo que esto sería algo que un amigo de la comunidad LGBT sería capaz de actuar y Hillary Clinton no se encuentra en condiciones de hacerlo”, argumenta Barron.

La campaña de Barron en nombre de Trump será una batalla cuesta arriba, ya que el sondeo muestra que la mayoría de los votantes LGBT siguen siendo escépticos con los republicanos, ya que en la mayoría de los estados en los que gobiernan, se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo. Los votantes gays apoyaron abrumadoramente el presidente Obama en 2012, según la encuesta nacional llevada a cabo por la CNN.

La Campaña de Derechos Humanos (Human Rights Watch), grupo de interés más grande de la nación que representa los estadounidenses LGBT, ha condenado formalmente la retórica de Trump por defender a capa y espada el “matrimonio tradicional”.

En fin, desde Loottis respetamos ante todo la libertad de pensamiento porque sin ella la causa LGTBI no tendría sentido. Tiene que haber de todo en este mundo y hasta gente que tire piedras sobre su propio tejado. Y la prueba es que durante la Convención Republicana los escort masculinos “hicieron el agosto” con políticos armarizados.

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