Robert Biedroń, el político gay europeísta y activista que está cambiado la mentalidad de los polacos

Robert Biedroń, el político gay europeísta y activista que está cambiado la mentalidad de los polacos

Biedroń ya hizo historia en Polonia al convertirse en el primer legislador abiertamente homosexual en el Parlamento en 2011 y en 2014 se convirtió en el primer alcalde abiertamente homosexual de la ciudad norteña de la costa Báltica llamado Slupsk. En su toma de posesión dijo: “A partir de hoy, a partir de ahora, una nueva etapa comienza en la historia de Slupsk”. No ha tenido las cosas fáciles en una nación gobernada por el ultraconservador Ley y Justicia y él mismo ha sufrido la incomprensión de sus padres cuando un chico llamó a su casa para decirles que estaba enamorado de él cuando apenas tenía 18 años.

Pero un entorno opresivamente homofóbico en el que no le quedaba otro remedio que estar en el armario le dio fuerzas para luchar por los derechos LGBT y comprometerse con causas sociales. Antiguo miembro del Partido Social Demócrata de Polonia, es miembro del partido sucesor, la Alianza de la Izquierda Democrática, el mayor partido de izquierda en Polonia y co-responsable de la escritura de sus estatutos.

Actualmente trabaja como consejero para varios políticos y líderes y es miembro del consejo de la campaña contra la homofobia de su país y es consultor de diversas organizaciones.

Estudió Ciencias Políticas y Sociales y consiguió un escaño en 2011 a pesar de tener en contra hasta sus compañeros activistas LGBT que le aconsejaban que no mostrara su tendencia sexual en público.

El año pasado Biedroń concedió por primera vez una entrevista conjunta para la revista Elle junto a su pareja Krzysztof Śmiszek, un abogado que trabaja en el Departamento de Derechos Humanos de la Universidad de Washington. Ambos llevan juntos desde el 14 de febrero de 2003. Se conocieron cuando ambos trabajaban en la organización Campaña contra la Homofobia y conectaron tras la celebración de una rueda de prensa en Berlín: “Fue una nueva experiencia para mí, muy romántico”, explicaba Śmiszek.

Si embargo, cuando Biedroń tomó posesión de la alcaldía fue acompañado por su madre y ambos tienen que estar largas temporadas separados por imposición de su trabajo. Cuando se les pregunta cómo se sienten caminando por las calles de Slupsk de la mano, Biedroń responde: “Por ahora no es posible hacerlo en Polonia”, y su pareja le replica: “Pero en Slupsk es un poco diferente”, a lo que Biedroń dice: “¿En serio, cuántas veces hemos tenido la oportunidad de probar juntos en Slupsk?. Caminamos por la calle un par de veces”.

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El éxito político de Biedroń, de 40 años de edad, es un marcador de la rapidez con este país profundamente conservadora y católico ha cambiado en la última década desde su adhesión a la Unión Europea. Hasta hace poco, las marchas por los derechos de los homosexuales estaban prohibidas en Varsovia y la homosexualidad era tratada como un gran tabú.

“Veo la rapidez con la que la sociedad polaca ha aprendido la lección de la tolerancia. Así que soy muy optimista, feliz y orgulloso”, decía Biedroń cuando fue elegido alcalde. Pero no fue sólo él. Los medios polacos llamaron “el efecto Biedroń” al hecho de que un número récord de candidatos (casi una veintena) también salieron públicamente del armario antes de las elecciones locales de ese año y aunque ningún otro ganó, los activistas de derechos de los homosexuales se ven alentados por la voluntad de más y más figuras públicas se animan a salir. Sus pobres resultados se debe en parte porque eran en su mayoría jóvenes y candidatos novatos de partidos de izquierdas.

“Estas personas tienen un enorme valor, en mi opinión”, explica Mariusz Kurc, editor de la revista gay polaca, Replika, aunque cree que la gran mayoría de los candidatos políticos en Polonia todavía oculta su identidad.

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A Biedroń ser alcalde de Slupsk le ha permitido abrir los ojos a muchas personas aunque reconoce que muchos políticos siguen viviendo en la Edad Media. Y es que es muy popular en su municipio de unos 96.000 habitantes donde suele sacar un sofá rojo a la calle y sentarse a charlar con los vecinos para conocer sus problemas. En su pueblo se le quiere porque ha logrado reducir la deuda municipal, ha invertido en viviendas sociales, no hay déficit y ha hecho un llamamiento para captar trabajadores extranjeros para las empresas de tecnología que hay en su municipio cuando la primera ministra, Beata Szydlo, dijo en marzo pasado tras los atentados en Bruselas que no había sitio para los inmigrantes en Polonia.

Biedroń es desde este año, miembro del Grupo Asesor de Género, Desplazamiento Forzado y Protección del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los refugiados y la ciudad de Slupsk es la única que está abierta en Polonia a la llegada de refugiados.

Por sus ideas aperturistas, desde algunos sectores le han pedido que se presente a las presidenciales de 2020 pero parece que Biedroń está ahora volcado en luchas por la dignidad de las personas.

Biedroń, cuyo padre falleció hace dos años, ha logrado retomar su relación con su madre y se siente apoyado tanto por su familia como por los sectores más progresistas del país a los que no les gusta la dirección que llevan los euroescépticos y ultraconservadores de Ley y Justicia desde que hace un año llegaron al poder en el país.

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