Misterios sin resolver: ¿Tuvo el segundo marido de Agatha Christie un amor gay de juventud?

Misterios sin resolver: ¿Tuvo el segundo marido de Agatha Christie un amor gay de juventud?

En la vida de la más famosa escritora de novelas de misterio y crímenes de todos los tiempos hay muchos claroscuros. El 3 de diciembre de 1926, cuando la novelista tenía 36 años desapareció 11 días de su hogar en Sunningdale, Berkshire, Reino Unido. Encontraron su coche abandonado en una cuneta y con restos de sangre en su interior pero ni rastro de ella. Los medios de la época dedicaron páginas y páginas. Le buscaron mil policías y 15.000 voluntarios por todo el país. Era como si se hubiese evaporado y la conmoción que produjo este suceso fue increíble. Hasta que de repente reapareció el 14 de diciembre de 1926. Fue identificada como una huésped del Swan Hydropathic Hotel, registrada como Nancy Neele, quien después se supo que era la amante de su marido, Archibald Christie, un coronel del ejército británico.

Solo ahora, 91 años después, se sabe que sucedió y hay dos teorías abiertas. Su biógrafo Andrew Wilson elaboró una explicación que refuta la explicación que dio Christie al reaparecer: Estaba desorientada, tenía amnesia y no reconoció a su marido. Según Wilson, ese día que desapareció su esposo le había pedido el divorcio y a Agatha se le pasó por la cabeza el suicidio pero era una devota cristiana y se arrepintió en el último momento antes de estrellarse contra un árbol.

La depresión agravada por la muerte de su madre a principios de año y las infidelidades de su marido hizo que urdiera su plan. Una mezcla celos, amantes, depresión y arrepentimiento, propia del argumento de cualquiera de sus novelas. Desaparecería por un tiempo hasta que se aclarasen sus ideas. En una muestra de ironía británica o de delicado resentimiento femenino decidió inscribirse en el hotel como Nancy Neele, el nombre de la amante de su marido mientras el huracán mediático se desataba a su alrededor. Después fingió amnesia y se evitaba pasar la vergüenza pública de reconocer que su marido le abandonaba.

Otra teoría, que choca con la de Wilson, es mucho más rebuscada. Agatha Christie quería que su marido fuese acusado de su asesinato. Archibald tenía suficientes motivos para desear la muerte de su esposa. Estar casado con Agatha suponía un serio impedimento para sus planes de futuro con Nancy. El militar sabía que el divorcio le supondría un escándalo social considerable, además de costarle una pequeña fortuna y, lo más importante, la posible pérdida de la custodia de la hija en común. Agatha Christie mantuvo un obstinado silencio sobre este asunto toda su vida y la autora se llevó las respuestas a la tumba a su muerte ocurrida en 1976.

Max Mallowan y Agatha Christie

Los misterios continuaron con el segundo marido de Agatha al que conoció en uno de sus viajes a Oriente Próximo en una excavación en Irak del eminente arqueólogo Leonard Woolley, del cual Max Mallowan era su ayudante. Él era 14 años más joven que ella. Un hombre poco atractivo pero trabajador, con temple ante los contratiempos y una posible relación homosexual de juventud. Su relación con Mallowan llevó a Agatha Christie a escribir historias de misterio cuya trama se desarrollaba en Oriente Medio, tales como: Asesinato en Mesopotamia, Muerte en el Nilo o Cita con la muerte.

En la “Duquesa de la Muerte”, la biografía de Agatha Christie escrita por Richard Hack, el hábito de mezclar la realidad y la suposición alcanza su apogeo. El escritor está decidido a probar que se trataba de un matrimonio de conveniencia y, con este fin, habla sobre los amigos de internado de Max durante sus años universitarios en un pasaje desprovisto de evidencias. En la Inglaterra de 1920 era ilegal ser gay y la homosexualidad floreció en los clubes universitarios privados. El mejor amigo de Max en Oxford, Esme Howard, era miembro de un club de lectura sobre el escritor Evelyn Waugh. Y ambos hombres se conocieron allí en lo que Hack describe como “su primer amor homosexual”. El autor también dice en la biografía que “algunos consideran que esa ha sido la relación que inspiró el personaje de Lord Sebastian Flyte (enamorado secretamente de su compañero de estudios, Charles Ryder) para escribir su célebre novela “Retorno a Brideshead” a Evelyn Waugh”.

La naturaleza exacta del grado de amistad que unió a Esme Howard y Max Mallowan, segundo esposo de la autora de suspense más grande de todos los tiempos, es menos conocida, ya que Esme murió a la temprana edad de 25 dejando la incógnita de lo que hubo entre los dos en una sociedad opresiva donde la homosexualidad era penada. Los dos universitarios podrían haber tenido un amor de juventud, como afirma Hack pero el hecho es que jamás sabremos que, de ser cierto, de esto estaba al corriente Agatha Christie. Lo que sí sabemos es que permaneció al lado de su segundo marido hasta que ella falleció en enero de 1976, a la edad de 91 años. Dos años después, en 1978, Max murió a la edad de 74 años.

Agatha Christie describió su vida en las excavaciones junto a su esposo en el libro titulado “Ven y dime cómo vives”, lleno de humor, ironía y agudeza.

Conocida como la “Reina del Crimen”, Agatha Christie escribió a lo largo de su vida más de ochenta novelas de género policiaco, ciento cincuenta cuentos, cerca de veinte obras teatrales, así como seis novelas románticas, además de un par de libros basados en la vida real, entre ellos su autobiografía (donde no hay rastro sobre la homosexualidad de Max, su segundo marido). Obras de las cuales logró vender más de cuatro mil millones de ejemplares.

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