Llega a España el libro del sacerdote gay que “dinamitó” el Vaticano, Krzysztof Charamsa

“Quiero que la Iglesia, mi comunidad, sepa quién soy: un cura homosexual, feliz y orgulloso de su identidad. Estoy dispuesto a pagar las consecuencias, pero es hora de que la Iglesia abra los ojos a los creyentes homosexuales y entienda que la solución que les ofrece, la abstinencia total en la vida del amor, es inhumana”. Con estas palabras, Krzysztof Charamsa, uno de los 10 oficiales de la Congregación para la Doctrina de la Fe (antiguo Santo Oficio o Inquisición), y secretario de la más importante comisión teológica del Vaticano, presenta en España su libro “La primera piedra. Mi rebelión contra la hipocresía de la Iglesia”. Tendrá lugar este próximo jueves, 16 de febrero, en el auditorio de la biblioteca Jaume Fuster de Barcelona en el que intervendrán el periodista Tian Riba, el consejero de Salud de la Generalitat, Antoni Comín y el propio autor del libro y que contará con el apunte musical del clarinete de Gil Codina.

El cura Krzysztof Charamsa hizo pública su homosexualidad en octubre de 2015, lo que le provocó la pérdida de todos sus cargos dentro de la Iglesia y su relación con el Vaticano, donde fue también profesor de teología de las universidades pontificios Gregoriana y Regina Apostolorum, en Roma. Medio año después, publica en Italia La prima pietra (La primera piedra) donde expone las razones de la decisión que tomó. Esta obra aparece ahora en lengua catalana editada por Gregal y en lengua castellana por Ediciones B.

El libro de carácter testimonial y de ensayo tiene la voluntad de denunciar la hipocresía de la Iglesia en todos los temas relacionados con la sexualidad. La primera piedra reabrirá sin duda el debate sobre moral y sexualidad y pondrá de nuevo hincapié en la necesidad de renovar la Iglesia católica. Charamsa quiere sacudir conciencias y poner las bases para una renovación de la Iglesia católica, en la que todavía quiere creer. Una Iglesia que, para poder seguir existiendo como guía espiritual, -como Charamsa escribió el día de su salida del armario en una carta al papa Francisco- debe empezar a respetar la orientación sexual de todas las personas. La Iglesia católica del futuro.

Cuando Krzysztof Charamsa salió del armario, en octubre de 2015, asentó la piedra angular de la su vida. En el cenit de una carrera del máximo nivel como teólogo en la curia vaticana, decidió con aquel gesto denunciar al mundo la hipocresía de la Iglesia católica, una institución que, desde hace siglos, promueve la represión sexual como un instrumento para imponer su poder. Lo hace esparciendo infelicidad en las personas, condicionando las -mediante el precepto, la doctrina y la confesión- a no vivir con serenidad la expresión afectiva y sexual, una dimensión fundamental de la existencia. Según Charamsa, el clero católico, homófobo hasta el tuétano, está formado en buena medida por homosexuales. Estos hombres, a veces reprimidos, otros atrapados en la clandestinidad, pero siempre
obligados al celibato, se convierten en abono de una tierra donde puede germinar finalmente la vergonzosa semilla de la pedofilia y otros abusos.

Charamsa trabajó junto a tres papas, Wojtyla, Ratzinger y Bergoglio, elaborando encíclicas, cartas, discursos del santo pontífice durante 12 años. El día 3 de octubre de 2015 escribe una carta personal al Papa Francisco declarándose gay: “Amo a mi pareja y amo mi sacerdocio”, le dijo. Al día siguiente era suspendido, ni siquiera le permitieron recoger sus pertenencias en el asilo de las Hermanitas de los Pobres donde residía y ejercía su servicio pastoral en Roma.

Krzysztof Charamsa (agosto de 1972, Gdynia, Polonia) es doctor en Teología, escritor y poeta, y fue profesor universitario de Filosofía y Bioética. Denunció que el Vaticano es un fantástico armario para esconder gays de la Iglesia Católica e incluso hubo muchos altos mandos de la jerarquía se le insinuaron. Pero su idea no es provocar escándalo sino denunciar la hipocresía.

Hasta su virtual consultorio llegan hoy miles de curas de todo el mundo que viven sus traumas personales, esa lucha entre su orientación sexual y su juramento homófobo. Krzysztof les atiende. Está respaldado por el amor que encontró de la mano del funcionario de la Generalitat y economista, Eduard Planas. Junto a él ejerce su sacerdocio en la parroquia global de las redes sociales.

Escribió una carta personal al Papa Francisco declarándose gay y explicándole sus motivos por los que decidió hacer pública su salida del armario de esta forma con el convencimiento de que le llamaría pero después de aquella dolorosa declaración la respuesta fue: Sufre dentro pero no digas nada. “Y esto no es cristianos”, dice. Francisco tuvo entonces la mejor ocasión para hacer dimitir al jefe de la Congregación (el prefecto cardenal Müller), quien neutraliza sus sínodos pero no hizo nada porque está convencido de que el Papa esta “secuestrado” en la propia Santa Sede por las 10 personas que son los que manejan el Santo Oficio y lo califica de “Francisco-fobia”. Asegura que el actual Santo Pontífice ha sacrificado cuestiones como la homosexualidad o la presencia femenina en la Iglesia, ha nombrando comisiones llenas de homófobos y misóginos y los teólogos están asustados para hablar. Todo herencia de Ratzinger.

Charamsa sigue considerándose sacerdote por encima de todo porque la Iglesia no ha cancelado su sacramento. Está suspendido de ministerio pero puede oficiar. Y le gustaría volver a enseñar Teología y Filosofía aunque dudamos que la Iglesia se lo permita. Sin embargo, estará siempre con las causas que considera justas y no cejará para que en la Iglesia católica las cosas cambien. Hoy vive feliz con su compañero, Eduard Planas, y se dedica a la defensa de los derechos humanos, singularmente de las mujeres y de las personas LGBTIQ.

Fotos: Redes sociales de Krzysztof Charamsa