Ley Turing: El Gobierno británico no pedirá perdón y se limita a “indultar” a 65.000 convictos gays por “sodomía”

Ley Turing: El Gobierno británico no pedirá perdón y se limita a “indultar” a 65.000 convictos gays por “sodomía”

Como ya os avanzamos en septiembre en Loottis la ley ya se ha aprobado y las reacciones no se han hecho esperar. “Aceptar un perdón significa aceptar que fuiste culpable. No quiero perdón, lo que quiero es una disculpa institucional porque no soy culpable de nada. De lo único que soy culpable es de haber estado en el momento y en el lugar equivocado “, dice enérgico George Montague, de 92 años de edad,  una de las voces de la comunidad gay más reconocidas y respetadas de Reino Unido. Padre de tres hijos, abuelo y alcalde honorario del Orgullo Gay de Brighton, fue condenado en 1974 por lo que la ley entonces calificaba como “actos indecentes con un hombre”.

Las relaciones sexuales consentidas entre dos adultos del mismo género estuvieron tipificadas como delito hasta 1967 en Inglaterra y Gales, en Escocia hasta 1980 e Irlanda del Norte hasta 1982. El Gobierno se lo ha tomado con mucha calma antes de dar un paso para aprobar esta controvertida ley que ha sido bautizada con el nombre del brillante matemático y héroe de guerra que fue condenado en 1952 a castración química por mantener relaciones sexuales con un joven de 19 años y que se quitó la vida envenenándose con cianuro en 1954 (o eso dicen los informes oficiales), Alan Turing.

Mediante esta normativa se “perdonará” a 65.000 gays y bisexuales, convictos del delito de “indecencia”, de los cuales unos 15.000 aún están vivos y 50.000 ya fallecieron. Estas personas pueden solicitar al ministerio del Interior la destrucción o abolición de los respectivos antecedentes penales o fichas criminales pero el Gobierno no menciona si habrá compensaciones económicas, ni tampoco pedirán perdón por el daño causado, un aspecto que se ha criticado por parte de las asociaciones LGBT que creen que la ley es demasiado descafeinada.

“Damos la bienvenida al anuncio del Gobierno de emitir un perdón póstumo a todos los hombres homosexuales y bisexuales injustamente procesados ​​por ser quienes son, pero no creemos que  va lo suficientemente lejos. Se excluye explícitamente el perdón para las personas condenadas por delitos que siguen siendo ilegales hoy en día, incluyendo el el sexo con una persona menor de 16 años”, ha dicho Paul Twocock, Director de campañas, de política e investigación de Stonewall.

La medida del gobierno conservador ha sido calificada por el ministro de Justicia, Sam Gyimah, como “muy importante”. Los torys se comprometieron a apoyar una modificación legal introducida por el par demócrata-liberal, Sharkey quien en 2013 sentó un precedente en la materia cuando logró el perdón real para Alan Turing. El cambio también podría borrar la condena del dramaturgo Oscar Wilde pero el Ministerio de Justicia aún tiene que tomar una decisión porque es difícil juzgar si algunos de los amantes del dramaturgo que declararon contra él eran menores de edad.

El conservador John Nicholson pretendía que el proyecto de ley, que se ha debatido hoy en una segunda lectura en el Parlamento, introdujera una modificación para otorgar el perdón general a los hombres condenados en virtud de las leyes anti-homosexuales, siempre y cuando su presunto delito no fuese ilegal en la actualidad pero el Gobierno considera que causaría más dolor a las víctimas si se vieran sometidas a pasar por el calvario de una nueva investigación.

La sobrina-nieta de Alan Turing, Rachel Barnes, manifestaba a la BBC sus primeras impresiones a las que se podía calificar de dulces y amargas al mismo tiempo:  “Es una pena para todos que mi tío que fue el descifrador del código secreto y con ello salvó a miles de personas y que tenía una mente extraordinaria, sin embargo, es conocido por su homosexualidad y por el juicio que le avergonzó públicamente, lo bueno de él ha quedado escondido detrás del escándalo sexual que ahora ya no lo sería”.

La BBC realizó un reportaje en el que contaba la historia de toda una generación de hombres que tuvieron que esconderse en el armario por amar a otros hombres:

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