La homófoba censura antigay de un correccional donde la homosexualidad se equipara con el sadismo o la pedofilia

La homófoba censura antigay de un correccional donde la homosexualidad se equipara con el sadismo o la pedofilia

Prohibidas las cartas personales y las fotografías (que no estén marcadas como sexualmente explícitas), así como recibir revistas de interés para el colectivo LGBTI  como Out o The Advocate. Estas son algunas reglas de las homofóbica normativa del Complejo Correccional del Este de Kentucky (EKCC), una prisión de mediana seguridad que alberga a 1.700 presos en West Liberty, en el estado norteamericano de Kentucky. Desde agosto de 2015, el centro ha recurrido a esta disposición “al menos 13 veces para rechazar el correo enviado a los reclusos”. Esta arcaica normativa ha tenido la respuesta de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) que ha presentado una queja formal ante la administración de la prisión para que se investigue y anule su política antigay.

Los abogados de la ACLU, William Sharp y Ria Tabacco Mar, le recuerdan a la dirección del centro que los presos están amparados por la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos que protege la libertad de expresión de todas las personas, no sólo a través de la comunicación verbal, sino también de todo lo que se envíe por correo.

En una carta de denuncia fechada el pasado 15 marzo piden una revisión de la homófoba política del centro penitenciario: “Los reclusos gays no son más propensos a ser una amenaza para nadie. Y la lectura de artículos sobre celebridades homosexuales y de las noticias de Out y The Advocate no hacen homosexual a nadie, como tampoco la convierten en heterosexuales leer los artículos en la revista People”, explican los abogados en la misiva.

En el blog de la web de la ACLU, los abogados publican una entrada: “Estamos en el año 2016, pero el Complejo Correccional del Este de Kentucky no consigue la nota. Su política de correo está basada en la dudosa noción de que los prisioneros homosexuales suponen una amenaza para la seguridad simplemente por ser quienes son y, por igual, la idea absurda de que la lectura sobre gays de alguna manera fomenta la homosexualidad”.

En declaraciones a Reuters, la abogada Ria Tabacco Mar comentó que no está segura si otras prisiones del estado de Kentucky llevan a cabo procedimientos similares pero que seguirán adelante con su solicitud para que se retire la homosexualidad como un criterio de censura.

El Departamento de Correccionales de Kentucky publica en su web que a los funcionarios de prisiones se les permite rechazar el envío a los prisioneros de pornografía y de material sexualmente explícito porque supone “una amenaza a la seguridad”. Ejemplos de exclusiones justificables incluyen material homosexual y lo equiparan con el sadismo, la bestialidad o la pedofilia. Su política también establece que “la exclusión no se basará en el contenido sexual sólo”.

Las quejas han llegado hasta el comisionado de correccionales del Estado, Rodney Ballard, quien ha asegurado que esta política está siendo revisada: “He pedido a nuestro asesor general que investigar el problema”.

La ACLU le ha dado a la prisión un plazo hasta el 30 de marzo para que responda a su petición. En caso de no hacerlo, la asociación que recurrirá a otras medidas más contundentes y advierten que no pararán hasta que se anule esta política antigay.

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