La cirugía de agrandamiento de pene produce la primera muerte

La cirugía de agrandamiento de pene produce la primera muerte

Un saludable hombre de 30 años de Estocolmo había recurrido a la medicina para aumentar la circunferencia y la longitud de sus genitales. La cirugía se había planeado para utilizar un proceso donde la grasa se transfiere de su vientre a su pene. Se trata de una de las 8.400 personas en todo el mundo que se operan para mejorar el tamaño de su pene cada año.

Cuando los cirujanos habían terminado la parte de alargamiento de la cirugía y comenzaron la ampliación, algo salió mal. Le inyectaron al paciente 50 mililitros líquidos de sus propias células grasas pero se filtró a sus pulmones y sufrió una embolia que le rompió los vasos sanguíneos.

A pesar de que el paciente no tenía alteraciones cardiacas anteriores, tuvo un ataque al corazón en la mesa de operaciones. A pesar de los intentos de los médicos por realizarle la reanimación cardio-pulmonar, el hombre falleció dos horas más tarde.

Este es el primer caso descrito en el que un procedimiento aparentemente simple y seguro de aumento del pene por transferencia de grasa causa la muerte súbita en un joven sano. La cirugía era más peligrosa ya que combinaba dos procedimientos.

La mayoría de los pacientes que buscan la ampliación del pene sufren de dismorfia corporal, un desorden en donde existe una severa preocupación por un defecto imaginario (o real) en la apariencia física. Las personas que presentan este trastorno tienen dificultades en la parte social, laboral o en otras áreas importantes como en los estudios o en la capacidad para relacionarse de manera íntima con alguien más.

Una revisión científica de 2017 del Tratado de Andrología y Urología demostró que “la mayoría de los hombres que buscan tratamiento de alargamiento del pene tienen un tamaño normal del pene que es funcionalmente adecuado”.

Las personas con Trastorno Dismórfico Corporal transmiten de manera constante su deseo por querer cambiar o mejorar algún aspecto de su apariencia física, a pesar de tener una apariencia normal o, incluso, muy atractiva. La dismorfia corporal afecta a hombres y mujeres por igual, puede comenzar en la adolescencia e ir disminuyendo con la edad, aunque hoy en día envejecer también es percibido como algo angustiante y cada vez más se recurre las intervenciones quirúrgicas para evitar que se note el paso del tiempo.

Los síntomas más comunes son: Pensamientos obsesivos acerca de los defectos percibidos, aislamiento social y familiar; ansiedad interpersonal. La persona deja de promover su vida social, ansiedad. En ocasiones presenta ataques de pánico, baja autoestima com autoconcepto y autoimagen bajo, comparaciones obsesivas con los demás, sentimientos de vergüenza, bochorno, inferioridad e inadecuación, perfeccionismo y recurrir a cirugías estéticas y a conductas como hidratación y rutinas de ejercicio excesivas, continuamente se miran en el espejo, buscando que la tranquilicen y le aseguren el estado de su apariencia, rituales como la aplicación constante de maquillaje, perciben que su imagen varía en algo cada vez que se ve en el espejo, presenta problemas para establecer relaciones interpersonales y dificultad para mantener un trabajo.

En investigaciones recientes se ha observado que el cerebro de estas personas es, en principio, estructuralmente normal. El problema radica en que funciona de modo anormal cuando procesa los detalles visuales.

Los factores de riesgo más comunes son:

– Traumas en la infancia causados por constantes burlas, insultos, apodos, y humillación en relación al aspecto físico. Bullying o cualquier otra forma de maltrato psicológico.

– Complejos en la adolescencia.

– Fuerte exigencia por parte de los padres de ser ‘perfecto’. Presión por parte de éstos a estar dentro de los cánones de belleza exigidos por los medios y la sociedad.

– Exposición frecuente y sin filtro a las imágenes que muestran los medios. La perfección, la belleza, la normalidad; lo que obtienes si eres bello.

– Problemas afectivos, emocionales y sociales desde la infancia.

Vivimos en una época en donde la belleza estética es uno de los estándares más importantes que denotan salud, éxito y bienestar. Socialmente se ha aceptado que si tú encajas con el prototipo establecido, obtendrás éxito y admiración por parte de la gente que te rodea. Asimismo, los adolescentes reciben estos mensajes como mandato, debido a que están en una etapa en la que se busca constantemente identidad, pertenencia y admiración, es fácil que desde este momento del desarrollo se presente una obsesión por la imagen.

El Trastorno de Dismorfia Corporal es un problema serio que va haciendo que la persona sea cada vez menos funcional. Tengamos cuidado con los mensajes que damos y recibimos en relación a a la belleza, la salud, el bienestar y el éxito. Atendamos de inmediato este tipo de obsesiones, antes de que se conviertan en serios trastornos.

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