James Franco, de activista gay a pastor homofóbo en "I Am Michael", que se estrena en enero de 2017

James Franco, de activista gay a pastor homofóbo en “I Am Michael”, que se estrena en enero de 2017

James Franco sigue empeñado en ser uno de los actores y directores más prolíficos de Hollywood. Tiene 19 proyectos en post-producción o rodándose, entre ellas, varias dirigidas por él mismo. Además, estrenará en los EE.UU. el próximo 27 de enero ‘I Am Michael’. Una película que se presentó en el Festival de Sundance de 2015 con gran éxito de crítica producida por Gus Van Sant y por el mismo actor pero que aún no había debutado en salas de cine comerciales del país. Adaptado de un artículo escrito por Benoit Denizet-Lewis, dirigido por Justin Kelly y con música de Jake Shears, I Am Michael cuenta la historia de la vida real de Michael Glatze – un destacado periodista y activista gay de San Francisco- que finalmente renunció a su homosexualidad y se convirtió en un ministro cristiano homófobo en Wyoming.

Michael Glatze renunció a su estilo de vida homosexual en 2007 después de tener un problema de salud y finalmente se casó con una mujer, Rebekah Glatze, interpretada por Emma Roberts en la película. Mientras que Zachary Quinto hace el papel del ex novio de Glatze, Bennet. Completan el reparto Darryl Hannah y Charlie Carver.

I Am Michael está dirigida por Justin Kelly y es la primera película que hizo con Franco. Después de dirigir esta película que ha tardado más de dos años en debutar, dirigió King Cobra que cuenta la verdadera historia de la estrella del porno gay, Brent Corrigan y del terrible asesinato del hombre que le llevó a la fama, el productor de cine porno Brian Kocis.

Aquí puedes ver el primer tráiler de la película protagonizada por James Franco y Zachary Quinto “I Am Michael”:

https://youtu.be/_Uy3zBy7l1U

El estilo de la película está deliberadamente fragmentado, cortando entre lugares y puntos en el tiempo. Glatze no es un personaje particularmente atractivo y es un poco difícil simpatizar con él, su motivación y las decisiones que está tomando, pero es difícil no estar intrigado por el viaje que emprende. A pesar del carácter difícil que está retratando en esta película, Franco continúa demostrando su enorme habilidad como actor. Parece habitar este papel sin esfuerzo, sutilmente transmitiendo la confusión y el tormento de la lucha interna de su personaje. Zachary Quinto, por su parte, está totalmente al mando de sus emociones, lleno de furia contenida y ocasionales estallidos de angustia y desesperación.

El director, Justin Kelly, contó en una entrevista qué fue lo que más le atrajo de esta película y de la historia de Michael Glatze: “La historia de ser gay y anti-gay de Michael es lo opuesto a lo que estamos acostumbrados a escuchar y ver. Así que me interesó contar su historia como un medio para entender por qué pasó de un extremo a otro. También estoy interesado en las historias sobre las personas cuyo deseo de cambiar su identidad se manifiesta en formas que uno podría no imaginar y la historia de Michael es el epítome de eso”, ha dicho.

Fue en 2008, cuatro años después que el productor ejecutivo, Gus Van Sant, leyó el artículo de Benoit fue cuando sugirió que James y Kelly trabajaran juntos en el proyecto para abordar temas que interesan a ambos sobre la identidad, la percepción, el poder de la creencia y el deseo de pertenecer a un grupo. Para prepararse el personaje, James Franco observó algunos vídeos de Michael y leyó sus escritos pero la mayor parte del trabajo se expuso sobre la marcha porque rodaban muchas escenas al día y sin seguir el orden del hilo conductor de cualquier película.

La realización de la película tuvo momentos intensos. Destaca en especial el encuentro que tuvo el equipo de realización con el propio Michael Glatze. Aunque fue cordial, no impidió que Glatze expresara sus actuales opiniones (les preguntó si eran gays y les dio a entender que si no compartían sus creencias irían al infierno). El pastor no reniega de su pasado y habla sin problemas del mismo, reconociendo las personas que para él fueron importantes en esa época. Glatze, de hecho, prestó su consentimiento a que la película tratara su historia y asistió al festival para ver el film y volvió a reencontrarse con su ex novio.

La película ha evitado tratar la historia como la de un gay que hubiera “cambiado”. En su lugar, aborda cómo afrontamos las crisis vitales y qué puede llevar a que alguien reniegue de lo que hasta la fecha ha sido básico en su vida.

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