¿Existen los “sacerdotes del acogimiento” para el colectivo LGBT?

¿Existen los “sacerdotes del acogimiento” para el colectivo LGBT?

Frente al “Eje del Odio” que propugna la Iglesia Católica y que obliga al voto de obediencia y silencio a millones de sacerdotes en el mundo se contrapone una corriente en el seno de la Iglesia católica que a veces mediante tímidos pasos y otras abiertamente se oponen a la férrea doctrina católica que condena al ostracismo a millones de creyentes católicos LGBT. Es lo que se conoce como “Teología gay”.

Esta semana el Observatorio Español contra la LGBTfobia mostraba su apoyo sincero y efusivo a los curas y sacerdotes del acogimiento de las personas LGBT frente al ala más conservadora de la jerarquía de la Iglesia Católica y sus hooligans de ciertos medios ultracatólicos y ultraconservadores como Hazteoir y otros fanáticos que los jalean.

Bendición de amor de cura a dos lesbianas en Castellón 2016

El párroco de la Iglesia de San Bartolomé en Onda (Castellón), José García es un claro ejemplo de sacerdote que siguiendo la línea del acogimiento de las personas LGBT preconizada por el Papa Francisco, realizó una Ceremonia de Bendición del Amor y de Acción de Gracias a una pareja de lesbianas, casadas por lo civil a finales de julio. Lo que le valió que el obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López, le haya abierto’ ipso facto’ un expediente disciplinario, “por contradecir gravemente la doctrina de la Iglesia y avalar con su bendición las uniones homosexuales que la Iglesia desaprueba”. Se atreve incluso a afirmar que ha aplicado de forma incorrecta “el mandato de la misericordia, así como el de la acogida y el acompañamiento pastoral”. Pocas horas después, el cura se arrepentía alegando que había cometido un error y que se había equivocado en la forma manifestando que “no era necesario realizar esa celebración”. El párroco no entiende el revuelo que ha tenido la noticias y para quitarle hierro al asunto asegura que celebró la ceremonia con buena intención y a sabiendas “que la gente no lo entendería”.

De hecho, existen casos conocidos de curas a los que han expulsado por defender su sexualidad.

Charamsa

Es el caso de Krzysztof Charamsa, el ex sacerdote gay que hizo temblar a la Iglesia y que el 30 de junio publicó sus polémicas memorias “La primera piedra” donde rebela la “LGBTfobia intrínseca” y la persecución de los sacerdotes gays en el Vaticano. En octubre el año 2015 Monseñor Charamsa, ex teólogo del Santo Oficio, publicó una entrevista sensacional en el “Il Corriere della Sera” (“El Mensajero de la Mañana”) en la que salió públicamente del armario, presentó a su pareja, el funcionario catalán, Eduard Planas, y acusó a la Iglesia católica de “homofobia paranoide“. Con sus palabras, que despertaron al mundo y le costaron la pérdida de todos sus ocupaciones y cargos religiosos, Charamsa pretendía “abrir los ojos del clero, a los creyentes homosexuales y dejar claro que la solución propuesta -la abstinencia total del amor en esta vida- es inhumano”. Ahora, en su libro de memorias, en 336 páginas, (editorial Rizzoli) volviendo sobre cada paso de su vida, el ex cura católico explica la contradicción entre la obediencia a los dictados de la Iglesia y la homosexualidad, y ofrece una visión completamente nueva del Vaticano.

James Alison

También queremos recordar al teólogo y sacerdote católico británico, James Alison. Es de los pocos sacerdotes católicos que ha reconocido su homosexual. En 2013 ya decía que el reto del papa Francisco era cambiar la cultura de la ‘omertá’ (ley del silencio) en lo gay y que los más homófobos en la Iglesia seran los que siguen “dentro del armario”. Alison es una de las figuras centrales de lo que se ha llamado “Teología gay” que después de vivir con los Dominicos entre 1981 y 1995, trabaja como predicador itinerante, conferenciante y acompañante de retiros espirituales.

Padre Beto

Otro ejemplo es el del Padre Beto, brasileño, que fue excomulgado por la Iglesia Católica a fines de abril de 2013. Ocurrió tras formular un comentario publicado en internet en apoyo a los homosexuales que molestó a la diócesis de Bauru, el municipio del estado de Sao Paulo donde cumplía funciones.

Andres GioeniEn otras ocasiones son los propios sacerdotes quienes deciden colgar los hábitos tras su salida del armario, como el argentino Andrés Gioeni, que al parecer lo hizo por miedo a ser marginado.

Jaume Santandreu i Sureda

Centrándonos en España, uno de los primeros en admitir su homosexualidad y revolucionar el panorama católico fue Jaume Santandreu i Sureda, director del Refugio de excluidos sociales de Can Gazà, conocido como el cura gay y el cura de los pobres de Mallorca. Colgó los hábitos en enero de 2011 confesando que a su edad “ya no cambiaré a la Iglesia ni ella a mí”.

Jose Mantero

Hay que echar la vista atrás para recordar a José Mantero, el primer sacerdote que se declara abiertamente gay en España. Fue en el año 2002 y supuso todo un aire fresco en el ropero de la Iglesia. Por primera vez en la historia, el que fuera párroco de de Nuestra Señora del Reposo en Valverde del Camino (en Huelva) admitía que no cumplía la continencia sexual: “Doy gracias a Dios por ser gay” titulaba la extinta revista Zero y ponía al cura en portada. Mantero demostró que se puede aunar fervor católico y orgullo gay, a partes iguales pero, sin duda, es un binomio existencial difícil de defender ante la ortodoxia católica. “En el momento en que lo vives como carga y no como gozo, te vas al carajo psicológicamente”, decía Mantero quien descubrió su homosexualidad a los 31 años por una historia de amor que acabó mal. La estela de Mantero se apagó y durante años la Iglesia se preocupó por no tener otro sacerdote en sus filas que le saliera “sapo”.

Hay sacerdotes, obispos y cardenales gays en la Iglesia Católica, y otros que no lo son pero que no se atreven a dar la cara por miedo. Es tabú. Es entendible, porque si eres honesto pierdes tu empleo. Desde Loottis volvemos a hacer un llamamiento a la Iglesia para que revise su arcaico mensaje y se adapte a los nuevos tiempos donde la tolerancia debe ser la principal bandera. Henry Miller escribía “La Biblia contiene 6 admoniciones para los homosexuales y 62 para los heterosexuales. Eso no significa que Dios no ame a los heterosexuales. Es sólo que necesitan mayor supervisión”.

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