El gobierno danés pretende desclasificar la transexualidad como una enfermedad mental pese a la OMS

El gobierno danés pretende desclasificar la transexualidad como una enfermedad mental pese a la OMS

Hace cuatro años, la diputada socialista en la Asamblea de Madrid, Carla Antonelli, recogió firmas en Change.org mediante una petición popular para solicitar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) saque la transexualidad del listado de enfermedades mentales.  Una petición que llevó acabo por iniciativa de la FELGTB. Se trata de despatologizar a las personas trans que, desde hace tiempo, llevan a cabo muchas organizaciones a nivel internacional apoyado en el hecho de que considerar a las personas transexuales como enfermas mentales sólo sirve para contribuir a su discriminación. Solicitudes similares se formularon en Reino Unido, Alemania, Italia, Canadá y Francia.

Transexualidad no es una enfermedad

Incluso el Parlamento Europeo aprobó en septiembre de 2011 una resolución en la que pedía a la OMS que dejase de considerar la transexualidad como una enfermedad. Un tema que será analizado por la OMS a principios de 2017.  Pero hay países que quieren desmarcarse de la resolución de la organización internacional y dar un paso más hacia la despatologización. Es el caso de Dinamarca que se está esforzando para convertirse en el primer país del mundo que ya no va a ser transfóbica, ni consiente que las personas trans sean consideradas  “enfermos mentales”.

En la actualidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica todavía ser transexual como un trastorno mental o de comportamiento. La OMS se ha comprometido a evaluar sus directrices y trabajar en la definición, sin embargo, los funcionarios del gobierno danés han comentado que se les ha ‘agotado la paciencia’ con la organización.

“Hemos trabajado mucho para asegurar que las personas transgénero en Dinamarca tengan los mismos derechos”, dijo Flemming Møller Mortensen del partido socialdemócratas. “Nuestra paciencia se ha agotado en relación con el trabajo en curso [desclasificar como una enfermedad] de la ONU”.

Mortensen explicó a la agencia de noticias danesa Ritzau que la clasificación de las personas trans como enfermos mentales es “profundamente estigmatizante, puede dar lugar a diversas formas de discriminación y de ninguna manera refleja cómo vemos a las personas trans en Dinamarca. Debe ser un diagnóstico neutral. Es increíblemente discriminatorio  poner a las personas transgénero en la misma clasificación con enfermedades mentales y de comportamiento”, dijo Mortensen.

El portavoz del gobierno danés añadió: “También tiene otras consecuencias. A las personas trans se le puede negar que sus tratamientos los cubra su seguro debido a que tienen ese diagnóstico”.

La ministra de Salud danesa, Sophie Lohde, confirmó a los medios locales que convocarán un “acto solitario institucional” si la OMS no da una respuesta oportuna a la cuestión.

La transexualidad sigue considerándose una enfermedad mental en las clasificaciones del DSM-V y el CIE-10. La anunciada revisión del Manual de Desordenes Mentales solo ha cambiado de nombre, de “trastornos de identidad sexual y de genero” a un nuevo capítulo llamado “Disforia de Género” en el mismo DSM-5 del “Manual de Desordenes Mentales”.

Considerada durante mucho tiempo como una conducta reprobable y una enfermedad mental ‘curable’, la homosexualidad logró en 1990 salir definitivamente de la lista de trastornos cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) la excluyó de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y otros Problemas de Salud. Este hecho fue el fruto de una larga lucha de los colectivos por los derechos de las personas homosexuales, que ya en 1973 habían logrado que la Asociación Norteamericana de Psiquiatría retirase la homosexualidad como trastorno de la sección Desviaciones sexuales de la segunda edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-II). Al igual que sucedió con la homosexualidad, ahora es el momento de dejar de estigmatizar a las personas transexuales.

¿Tomarán ejemplo de Dinamarca otros países del mundo?.

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