El “Eurodrama” llega al Congreso: ¿Cuánto cuesta a los españoles la participación en Eurovisión?

El “Eurodrama” llega al Congreso: ¿Cuánto cuesta a los españoles la participación en Eurovisión?

Es la principal pregunta que tendrá que aclarar TVE este año, además de la historia sobre el presunto tongo, el corte de manga de Manel Navarro, las amenazas de muerte a Xavi Martínez y la incomparecencia de los responsables de TVE en la cutre elección del representante español a Eurovisión que este año ha cobrado dimensiones de “cuestión de Estado” y ya son tres formaciones políticas las que han anunciado que llevan al Congreso el tema para que se debata: PSOE, PP y UPyD.

Como no tenemos datos de este año, tendremos que aportar las cifras que se barajaron el año pasado cuando nos representó la madrileña Barei. El coste más alto es el del Canon que TVE tuvo que pagar a la Unión Europea de Radiodifusión (UER), el ente encargado de organizar el festival, que el año pasado fue de 350.000 euros (España es un miembro fundador y lleva participando en este Festival 56 años, desde 1961).

En esta cantidad se incluye la recepción del festival y el alquiler de cabina desde el que se comentó la gala pero no incluyen la promoción del festival en TVE, los desplazamientos y dietas del equipo representante de Eurovisión en nuestro país, en este caso, Manel Navarro y su séquito de coristas, ni tampoco se encuentran incluidos los gastos de delegación. TVE se defiende aclarando que estos gastos comparados con otras producciones no es para nada desmesurada, ya que un capítulo en prime time de una serie puede ascender a los 700.000 euros o un partido de fútbol a los dos millones de euros. El récord en gasto se lo lleva Azerbaiyán el año 2012 con 100 millones de euros, claro que incluyó la construcción del espacio que acogió el certamen: el Baku Crystal Hall. Además, dice TVE que Eurovisión congregó en 2015 a más de cinco millones y medio de espectadores en nuestro país y un 36% de cuota de pantalla.

Al margen de las cifras, el PSOE ha registrado en el Congreso de los Diputados una batería de preguntas exigiendo que RTVE aclare la polémica del proceso de selección de “Objetivo Eurovisión” sobre el que la cúpula de RTVE no ha querido pronunciarse. Los socialistas quieren conocer la opinión del presidente de la corporación acerca de los altercados ocurridos durante la gala y las críticas en relación con el resultado final. En este sentido, preguntan quién ha sido el responsable de aprobar el sistema de selección utilizado en el espacio televisivo, emitido el pasado sábado 11 de febrero, así como el criterio usado para elegir a los miembros del jurado.

En el texto presentado, firmado por José Miguel Camacho diputado del PSOE por Toledo, los socialistas se plantean además si RTVE piensa dejar sin efecto el resultado final de las votaciones, teniendo en cuenta lo ocurrido. En este caso, Navarro no sería oficialmente el representante español en Eurovisión.

Por su parte, UPYD va más lejos y pide el cese de los responsables de “Objetivo Eurovisión” lamentando la “bochornosa imagen” que se está dando de Televisión Española y de España. Asimismo, también exigen una “mayor transparencia en los presupuestos destinados al festival y mayor claridad en los procesos de selección” de los cuales sale el representante español. UPYD pide a los responsables del ente público que timen “medidas urgentes que pongan solución a la constante falta de credibilidad y calidad de los programas centrados en Eurovisión”.

El PP tampoco se ha quedado atrás y el Vicesecretario Nacional de Acción Sectorial del partido, Javier Maroto, eurofan confeso, lo anunciaba en su cuenta en Twitter: “¿Y el gobierno o el grupo parlamentario del Partido Popular en el Congreso no va a hacer nada, Javier Maroto? Es el momento de que tú muevas ficha”, preguntaba un usuario de la red social. Y el político le contesta: “Ya la he movido. Gracias por tu sugerencia, en todo caso”.

“No entiendo cómo Televisión Española no sigue el modelo del Melodifestivalen de la SVT. Es un modelo de éxito y calidad”, contestaba poco después a otro seguidor del Festival que le preguntaba por Twitter qué opinaba de la gala ofrecida por TVE.

Ayer nos enterábamos en el programa “Cazamariposas” que Toñi Moreno, la responsable de contenidos de entretenimiento de TVE había mentido cuando dijo que su hija llevaba trabajando 10 años en la discográfica que presentó a Manel Navarro al evento en el que ganó cuando en realidad llevaba dos. Además, la cantante Rebeca también dijo que sabía que Leklein, una de las seis finalistas, había invertido 10.000 euros en la preparación de su actuación en la gala e insinuó que existen “muchos intereses” en las relaciones con discográficas y otras empresas privadas en la elección del candidato o candidata a Eurovisión. Preguntó si se le iba a devolver el dinero a los artistas que asistieron a la gala después del presunto tongo y a los telespectadores que se gastaron el dinero en votar por su artista favorito. Por su parte la presentadora de Cazamariposas, Núria Marín, dijo que si TVE española decidía elegir a un artista de antemano que “invierta el dinero en algo más productivo y se deje de pantomimas de Objetivo Eurovisión”.

Para echar más leña al fuego, el  representante de Mirela Cabero, la finalista y favorita del público, no descarta emprender acciones legales por ‘Objetivo Eurovisión’ y asegura que vieron “un claro conflicto de intereses” en el jurado. Tomás Limeres asegura en ABC que “en cuanto supimos la composición del jurado, vimos que había un claro conflicto de intereses y así se lo hicimos saber a Toñi Prieto”, que es la jefa de programas de entretenimiento de TVE y responsable de lo que a Eurovisión atañe en la cadena pública.

Mirela, además, ha sufrido el duro golpe de la pérdida de su abuelo, que falleció tan solo dos días después de celebrarse Objetivo Eurovisión: “Gracias por hacerme amar la música, por ser el mejor padre, esposo, abuelo”, se despedía la cantante en su cuenta de Instagram, acompañando el texto con una imagen de ella de niña junto a su abuelo.

Los eurofans estamos este año indignados y nos mordemos las uñas y no precisamente por saber qué pasará el 13 de mayo en Kiev.

Deje un comentario
Comentario
Nombre
Email