El día que Isabel II despenalizó la homosexualidad bajo la Ley de Delitos Sexuales de 1967

El día que Isabel II despenalizó la homosexualidad bajo la Ley de Delitos Sexuales de 1967

Hasta 1967, Inglaterra fue la nación que más expandió la homofobia como una pandemia por el mundo. Allí nació la “Buggery Act” o “Ley de Sodomía” de 1533 (creada en la época de Enrique VIII) que luego exportaron a las colonias y hoy en día se mantiene vigente en algunos de los países con draconiana tradición anglosajona. Inglaterra tiene el dudoso honor de institucionalizar la primera legislación gubernamental contra la homosexualidad en el planeta y fue la primera ley de sodomía promulgada en un país germánico que no se basaba en la “Ius Commune”. La ley definía el delito, buggery, como cualquier acto sexual “antinatural contra la voluntad de Dios y el hombre”. Posteriormente los tribunales lo reformaron para incluir solamente el sexo anal y el bestialismo.

Mañana se cumplen 50 años en los que  la reina Isabel II despenalizó la homosexualidad bajo la Ley de Delitos Sexuales de 1967 en los territorios de Inglaterra y Gales.

La “Sexual Offences Act” despenalizaba las prácticas homosexuales en privado, siempre y cuando fueran entre adultos mayores de edad, 21 años en ese momento. Fue polémica en su tiempo, y aunque resultó un avance respecto a la situación anterior ha sido muy criticada por agrandar la brecha de la desigualdad entre los homo y los heteros debido a que establecía edades de consentimiento sexual discriminatorias y hacía una estricta imposición de la privacidad, dejaba abierta la posibilidad de que la mayoría de los hombres homosexuales fueran acosados y perseguidos policialmente, como afirma Peter Tatchell en su libro de 1992 “Europe in The Pink”.

La ley no era aplicable en la marina mercante y en las fuerzas armadas. Mientras que la homosexualidad no se despenalizó en Escocia hasta la aprobación de la “Criminal Justice (Scotland) Act” de 1980 y en Irlanda del Norte de la “Homosexual Offences (Northern Ireland) Order” de 1982.

Al final de los años 1960 dos parlamentarios, Leo Abse y Arthur Gore (Lord Arran) propusieron humanizar la forma en la que las leyes penales trataban a los homosexuales por medio de un proyecto para reformar las leyes de delitos sexuales. Las secciones 61 y 62 de la “Offences Against The Person Act” de 1861 calificaba como delito cualquier práctica homosexual, condenándolas a penas que iban desde multas a penas de prisión que podían llegar a la cadena perpetua.

En su proyecto de ley de delitos sexuales, Aaron se apoyaba en las recomendaciones del informe Wolfenden (1957) que estaban a favor de despenalizar las prácticas homosexuales entre adultos. El comité Wolfenden se había formado a mediados de los años 1950 para analizar la homosexualidad y la prostitución, y entre sus miembros se encontraban jueces, psiquiatras, varios académicos e incluso un teólogo. Tras varios años presentaron un informe en el que llegaban a la conclusión de que las leyes penales no debían intervenir en los asuntos sexuales privados de adultos que consentían en la privacidad de sus hogares.

Tras la publicación del informe no hubo durante diez años ninguna iniciativa política sobre el asunto, pero en 1967 el gobierno laborista del momento mostró su apoyo a la propuesta de Aaron, en el que había una opinión generalizada de que los homosexuales no podían seguir siendo penalizados por disposiciones anticuadas. El proyecto recibió la sanción real el 28 de julio de 1967 tras un intenso debate en la Cámara de los Comunes del Reino Unido.​

Las consecuencias legales de esta legislación fueron una despenalización penal parcial de la homosexualidad masculina, no total, ya que la excepciones que establecía la ley dejaba la puerta abierta para perseguir a los homosexuales y seguir considerando la homosexualidad como un delito, por establecer la edad de consentimiento homosexual en 21 años cuando para los heterosexuales era de 16 años y una restrictiva imposición de intimidad.

En la “Sexual Offences Act” de 2003 se hizo una revisión general de las disposiciones provenientes de las leyes de delitos sexuales de 1956 y 1967, se derogaron todos los delitos de índole sexual sin perjuicio a terceros y se eliminó del ordenamiento legal y policial los términos “indecencia grave” o “buggery”. Por ejemplo, dejó de ser delito la práctica de sexo de más de dos hombres a la vez.

En octubre del año pasado, el Reino Unido concedía el perdón póstumo a decenas de miles de gays y bisexuales que fueron condenados por delitos sexuales, según la ley de “Gross indecency” (‘grave indecencia”), ya abolida. El perdón fue anunciado los meses previos por el ministerio del Interior británico, pero sólo se hizo efectivo con la promulgación de la llamada ley Turing (en homenaje al famoso matemático inglés gay, Alan Turing, que fue procesado por ser gay y, tras perder su trabajo y ser sometido a castración química, terminó suicidándose a los 41 años).

Muchos afectados mostraron en su día su desacuerdo con la fórmula adoptada porque consideraban que significaba aceptar que eran culpables cuando, en realidad, fueron víctimas. Se calcula que unos 65.000 hombres británicos fueron condenados por homosexualidad, de ellos unos 15.000 siguen con vida. Con la nueva legislación se eliminó los antecedentes penales de los convictos ¡Un pobre y triste consuelo!

 

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