El carnaval de Uruguay, el evento LGBTfriendly más largo de Latinoamérica en febrero

El que tiene más fama a nivel internacional es el de Brasil pero hay otro país situado en el continente sudamericano con un carnaval con muchas peculiaridades y el más largo con 40 días de duración. En 2013, Uruguay legalizó el matrimonio homosexual, pero la adopción entre parejas homoparentales se permitió cuatro años antes, en 2009, convirtiéndose así en uno de los países más liberales y progresistas de América del Sur. Uno de los mejores momentos para visitar su capital es en septiembre, declarado el “Mes de la Diversidad” en Uruguay, con actividades como la Marcha de la Diversidad, que tiene lugar a lo largo de la Avenida 18 de Julio, desde la Plaza Independencia hasta la Plaza Libertad. Por este motivo, Montevideo se convirtió en uno de nuestros destinos emergentes de 2017 que os propusimos en la revista Loottis Magazine Especial Fitur.

Pero en este mes de febrero tienes una fiesta que no te puedes perder con 40 días de duración: El Carnaval de Uruguay. Una combinación de las festividades cristianas heredadas de los españoles con la pagana africana que lo convierten en el más largo y diverso del mundo, declarado en 2007 de Interés Nacional por la Presidencia uruguaya.

De norte a sur del país, Florida, La Pedrera, Salto, Artigas, Paysandú y Durazno son, además de la capital,  Montevideo, otros de los lugares que acogen esta fiesta en las que las principales avenidas de las ciudades se llena de música, color y todo tipo de eventos que tienen uno de sus momentos álgidos en el “Desfile de Llamadas” o los espectáculos de murgas, con su característico ritmo (declarado Patrimonio Intangible de la Humanidad en el año 2005) de Montevideo, que este año tiene lugar hoy y mañana (9 y 10 de febrero).

Los Barrios Sur y Palermo de la ciudad acogen esta cita para recordar su pasado esclavista de los siglos XVIII y XIX. Más de 2.000 tambores sonando al unísono del “candombe”, caracterizado por el diálogo que se establece entre tres tipos de tambores: chico, repique y piano ante miles de espectadores mientras desfilan en las comparsas personajes como ‘el Gramillero o yuyero’ o médico brujo de la tribu,  la ‘Mama Vieja’ (que representa la dignidad de la mujeres negras y su bondad suprema de madres abnegadas), que coquetea con él acompañada de llamativas bailarinas, el ‘Escobillero’ (que representa al ministro de las naciones africanas en el Candombe) vestido con taparrabos africanos, lentejuelas y cascabeles o el ‘Lancero’ que porta una lanza y escudo de cuero africanos al estilo keniata, vetido con taparabos con líneas blancas pintadas en los brazos y la cara que con sus movimientos nos recuerdan a la danza de los gorilas, entre otros curiosos personajes.

Las Sociedades de Negros y Lubolos, también llamadas comparsas son agrupaciones carnavalescas que interpretan diversos ritmos musicales vinculados al candombe y tango. A partir de la década de 1870, cuando surgen los desfiles, que muchos descendientes de europeos se disfrazaban de afro-uruguayos para participar de estas fiestas y eran llamados “lubolos”.

El carnaval uruguayo tiene su propio espectáculo de murgas, parodistas, humoristas, revistas y comparsas que de los barrios de Montevideo mientras que en el Teatro de Verano se celebra el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas.

Los bailes de carnaval eran una costumbre de los uruguayos en las primeras décadas del siglo XX. Las más famosas eran fiestas lujosas, celebradas en clubes, hoteles y teatros. Entre tantos, el más aguardado era el baile del Solís (uno de los principales escenario artístico de la ciudad), para el que se retiraban las butacas del teatro. Pero también había veladas en casas de familia y en la propia calle. Todos los bailes tenían algo en común: había que ir disfrazado para conservar el anonimato detrás de máscaras y antifaces.

Uruguay es uno de los pocos países en el mundo que cuenta con un Museo del Carnaval que recoge toda la historia y tradición de estas particulares fiestas desde coloridos y originales trajes hasta maquetas y tres exposiciones permanentes: ‘Candombe’, ‘Historia del Carnaval del Uruguay’ y ‘Los viejos tablados’.   

Durante su Carnaval, Uruguay es uno de los países de Latinoamérica que más personas atrae, incluyendo los espectáculos futbolísticos.

Aquí tenéis algunas citas ineludibles de lo que no os podéis perder del Carnaval de Uruguay:

Llamadas de Durazno. Es el mayor homenaje al candombe en el interior del país. Alrededor de 35 comparsas convergen por las calles del Barrio Beronasco, conformando un colorido y estruendoso espectáculo de más de seis horas de duración.

La Pedrera en las últimas ediciones su carnaval ha superado las 20.000 personas. Se trata de una gran fiesta de la que participan de forma espontánea los foráneos y los residentes del lugar que se disfrazan y bailan al son de tambores improvisados. Se llama “barras de amigos” al grupo de personas que eligen una temática y se disfrazan con gran creatividad.

En Salto hay hasta principios de marzo múltiples actividades como corsos barriales, Llamadas al Puerto, Concurso de Murgas y Desfile de Comparsas y Escuelas de Samba.

En Artigas te contagias del ritmo de la samba y del ritmo de sus habitantes. La principal  avenida de la ciudad, que se llama Lecueder se transforma en un magistral sambódromo, digno de ver. Cuando la noche cae tienes muchos clubes en los que continuar la fiesta hasta la salida del sol.

El carnaval de Paysandú es el único del interior de Uruguay que cuenta con todas las categorías carnavaleras: murgas, parodistas, humoristas y revistas, así como agrupaciones llamadas lubolas y escolas. Durante todo el mes de febrero, un escenario móvil recorre los principales barrios.

Lo bueno que tiene la fiesta del carnaval es que puedes transformarte en quien quieras y nadie pregunta si te gustan los chicos, las chicas, si eres gay, lesbiana, transexual, bisexual o hetero porque los roles desaparecen ¡Es el reinado absoluta de don Carnal!

Fotos de Diego Stasieniuk (www.carnavaldeuruguay.com)