¿Cuántos aficionados al fútbol dejarían de apoyar a su equipo si tuviera un jugador gay?

¿Cuántos aficionados al fútbol dejarían de apoyar a su equipo si tuviera un jugador gay?

Cuando se le pregunta a Fernando Garín, vicepresidente de ADI LGTB, la primera agrupación deportiva ibérica LGTB: “¿Por qué a los futbolistas de élite se les exige la presunción de heterosexualidad hasta convertirlo en una masculinidad exhibicionista?”. Contesta: “En la sociedad actual existe una atribución de superfacultades hacia los futbolistas. Son héroes contemporáneos, personajes famosos, que inspiran películas y a quienes todos los niños aspiran a emular algún día. Encarnan el concepto de fuerza, que está intimamente relacionado con la virilidad. En sociedades machistas y homófobas, la homosexualidad se percibe como algo incompatible con la virilidad y el alto rendimiento deportivo; por ello, los futbolistas hacen gala constante de esa idea de masculinidad mal entendida”. Es lo que conocemos como “gay-shaming”.

En el fútbol, el insulto homófobo sirve para todas las circunstancias: Durante un minuto de silencio, mientras la pelota está en el campo o en el descanso. En el Bernabéu, en el Camp Nou, en la Rosaleda o en Mestalla ocurre con impunidad. Se repite continuamente y con la misma naturalidad y pasión con la que se corean y defienden los himnos y los colores del equipo. En España es habitual que desde las gradas llamen a Cristiano, Negredo, Neymar, Benzema o Morata “maricón”. No hace falta meterse en un vestuario de fútbol para adivinar cómo de hostil puede resultar ese entorno humano y laboral para un jugador gay.

Pero en España no existe todavía una Ley que castigue la homofobia en los campos de fútbol, ni tampoco existen estadísticas oficiales que expliquen los motivos por los que se produce este fenómeno.

La BBC Radio 5 Live ha querido saber los motivos por los que los futbolistas homosexuales no salen del armario y ha realizado una encuesta que ha dado unos resultados esclarecedores: Tan sólo un 8% de los hinchas de equipos escoceses, galeses e ingleses dejaría de apoyar a su equipo si tuviera un jugador homosexual. ¿Entonces por qué una minoría condiciona a la mayoría?.

Está claro que hay un problema de homofobia entre los aficionados al mundo y este fenómeno es similar en cualquier país europeo en el que el balompié es el deporte rey.

Aquí tienes el resumen de la encuesta realizada a más de 4.000 personas encargadas por la “edición de la tarde” y llevada a cabo por la empresa ComRes. Puede que nos sirva para saber un poco más de esta situación para poder afrontar el problema y buscar soluciones:

  • El 82% de los seguidores no tendría ningún problema que un jugador de su equipo favorito declarara abiertamente que es gay
  • El 50 % asegura que han escuchado insultos homofóbicos en los partidos
  • El 71% de los aficionados al fútbol dijo que los clubes deben hacer más para educar a los aficionados sobre la homofobia
  • El 7% de los aficionados a cualquier deporte podría dejar de ver a su equipo si incorporaba a un jugador gay
  • El 57% de los amantes del deporte creen que los jugadores homosexuales deben salir para ayudar y dar ejemplo a otros a hacer lo mismo
  • El 18% de los aficionados a los deportes creen jugadores homosexuales deben “mantener fieles a sí mismos”
  • El 15% de los aficionados a los deportes cree que tener un jugador gay en un equipo haría que otros compañeros de equipo se sintieran incómodos.

El presidente de la Asociación de Fútbol de Gran Bretaña, Greg Clarke, ya dijo que era “poco prudente” alentar a un jugador a salir del armario ya que pueden sufrir “abusos significativos” de los aficionados. Y añadió que estaba “personalmente avergonzado” de que los  jugadores no sienten seguros a salir. Justin Fashanu fue el primer jugador en Inglaterra que declaró ser homosexual en 1990 pero se quitó la vida en 1998. Ningún otro jugador masculino de equipos ingleses ha salido del armario. Tampoco lo han hecho ningún futbolista español. Las cuentas no cuadran y es imposible que no haya ningún jugador que sea gay.

En el caso de España, asociaciones como ADI LGTB, agrupación deportiva ibérica LGTB, entidad contra la LGTBfobia y por la diversidad-afectivo sexual en el deporte tiene en marcha la campaña #LuceTusColores, la primera que existe en España dedicada a promover la diversidad afectivo sexual en el fútbol además de la Guía del Deporte Inclusivo para personas LGTB.

Y el arbitro gay que salió del armario y recibió insultos y amenazas, Jesús Tomillero, presenta este próximo viernes, 28 de octubre, su nueva asociación Roja Directa, con la que pretende erradicar la LGTBIfobia dentro del deporte. La cita es a las 21.30 horas en el Palacio de Exposiciones y Congresos de La Línea de la Concepción, en Cádiz. Actuará la cantante Rebeca Moss, será presentado por Rubén García y se subastará entre los asistentes una camiseta del F.C. Barcelona firmado por toda la plantilla.

En general hay que  lamentar la baja implicación de los grandes clubes de fútbol de nuestro país en las campañas contra la homofobia. “Ejemplos positivos son los del Rayo Vallecano y el Leganés, que se adhirieron a la Liga Arco Iris de FELGTB luciendo los cordones arco iris en sus botas. “El Barça contra la homofòbia” (2015) conllevó la firma del F.C. Barcelona de una carta contra la homofobia a instancias del club Panteres Grogues y supuso un compromiso público sin precedentes a favor de la diversidad y el respeto. Asimismo en 2014, la Fundación Athletic Club fue premiada por la asociación Hegoak por su lucha contra la homofobia en el fútbol. Todos ellos, aunque sean pequeños gestos y representan la cara más comprometida del fútbol español. Lo importante es que, además del posicionamiento público y los gestos, esta actitud positiva venga acompañada de medidas efectivas para erradicar la homofobia del ámbito futbolístico”, afirma el vicepresidente de ADI LGTB.

Solamente en España hay más de 2.000 deportistas LGTBI asociados en clubes inclusivos y en Europa más de 15.000. Es una realidad no tan minoritaria como se cree.

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