Así se las gasta la policía religiosa de Malasia: Suspende un concurso de belleza trans por ‘promover el vicio’

Así se las gasta la policía religiosa de Malasia: Suspende un concurso de belleza trans por ‘promover el vicio’

Unos 10 oficiales de la policía religiosa de Malasia, también conocidos como el Departamento Federal Islámico (Jawi), irrumpieron en una cena de una gala benéfica y concurso de belleza trans celebrada el pasado 3 de abril en el Hotel Renaissance de Kuala Lumpur que contaba con más de 200 asistentes, la mayoría, mujeres transexuales y lo suspendieron en base al Fiqh (Derecho islámico) porque los concursos de belleza “están haram (prohibidos) en Malasia en base a la fatwa (teología moral)”, explicó el abogado y activista, Siti Kasim, presente en el evento.

Kasim denunció en las redes sociales que los oficiales Jawi no poseían ninguna orden judicial pero que, sin embargo, retuvieron a la gente en el recinto por lo que llamó a la policía para pedir ayuda. Finalmente, se les permitió salir a los asistentes después de que la policía llegó a la sede del evento, pero Kasim y la organizadora del evento, Ira Sofía, fueron conducidos por los oficiales Jawi a la estación de policía. De acuerdo con un decreto religioso de la Sharia publicado en el boletín oficial bajo la administración de la ley islámica de los territorios federales de Malasia de 1996, las mujeres musulmanas tienen prohibido participar en concursos de belleza.

“Si los oficiales afirman que estas personas no son mujeres, entonces ¿por qué prohíben el evento?”, argumenta Kasim. Sofía se enfrenta actualmente a varios cargos “por fomentar el vicio” y tendrá que presentarse ante la corte el próximo 5 de mayo. Para colmo, un tabloide de Malasia ha salido en apoyo de los oficiales Jawi que participaron en el asalto y los felicitó por “actuar profesionalmente y con dignidad durante el ataque transfobico”.

Por su parte, la ONG, Comunidad Musulmana Universal (UGC, de sus siglas en inglés), comentó en su página web que es irónico que los Jawi, financiados para combatir el terrorismo, “actúan como los propios terroristas. No nos sorprende que ellos han animado a extremistas musulmanes para que amenacen de muerte y hagan  comentarios terribles, por ejemplo, en las redes sociales, acosando a  inocentes. ¡Muy vicioso de verdad!”, escribe el representante de la organización, Ahmed Salami.

Salami también sostiene que es injusto para Sofía que sea acusada de “promover el vicio cuando se trata de un evento que no causó daño a los demás, y no tenía intención pasiva o activa de obligar a la gente a abrazar la transexualidad”.

El activista asegura que los agentes de Jawi imitan a personajes y el modus operandi de los terroristas, creyendo en la misma ideología y sus ideales, exceptuando que no conducen tanques en las redadas: “Lo que el gobierno debe darse cuenta es que el terrorismo nace del radicalismo que promueva el odio y la violencia, que la mayoría de los imitadores terroristas y simpatizantes están utilizando para ocultarse detrás del velo de la religión”, escribe Salami.

Tras el incidente, el activista Kasim ha publicado una grabación de lo que sucedió esa noche en su Facebook en el que se puede ver entablar una discusión con los agentes de Jawi. Si quieres ver el video pincha aquí.

La Sección 377 del código penal de Malasia prohíbe la sodomía tanto heterosexual como homosexual y la castiga con penas superiores a los veinte años de prisión o multas o castigos corporales. La Sección 377 prohíbe, explícitamente, actos de “indecencia con otra persona de sexo masculino” con castigos superiores a los dos años de cárcel. El trasvestimo en público también es un delito y es castigado basado en leyes no muy específicas acerca de la ‘inmoralidad en público’. Sin embargo, tres mujeres transexuales ganaban en noviembre de 2014 una larga batalla legal en los tribunales de Malasia, al conseguir invalidar la norma que prohibía a los hombres vestirse de mujeres. Las tres transexuales, todos musulmanes, fueron detenidas en 2010 y estaban en prisión desde que en 2012 un juez dictaminara que habían nacido hombres y debían vestirse como tales.

Durante su encarcelamiento las tres activistas denunciaron malos tratos e actitudes vejatorias por parte de los guardias y algunos presos. Posteriormente, las tres apelaron. El tribunal de Putrajaya, el más importante de este país de mayoría musulmana, coincidió en considerar que esta norma “priva a los apelantes del derecho a vivir en dignidad”. Mohamad Yunus, uno de los jueces de la corte de apelación, añadió que se trata de una ley “degradante, discriminatoria e inhumana”.

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