Arrasa el “Scrotox”, la peligrosa técnica de “rejuvenecer” el escroto inyectándose bótox

Arrasa el “Scrotox”, la peligrosa técnica de “rejuvenecer” el escroto inyectándose bótox

En el mundo de la cirugía estética para hombres nos podemos encontrar de todo: Unos deciden ponerse un culo idéntico al de Antonio Banderas, otros prefieren aumentar el tamaño del pene para emular a Jared Leto, los hay que se ponen hoyuelos en la cara para parecerse al chulazo de Josh Holloway, de la serie Lost, y otros hasta se arriesgan a hacerse un blanqueamiento anal. Cualquier parte de la anatomía que se pueda pellizcar, levantar o apretar se puede modificar al gusto del consumidor.

La nueva tendencia que está arrasando en los Estados Unidos en este último año es la inyección de bótox en el escroto. Con esta técnica, llamada ‘scrotox’, se pretende disminuir las arrugas de la zona tan íntima y hacer que los testículos parezcan mucho más grandes y se te pongan como Javier Bardem en la película de Bigas Luna de 1993, “Huevos de Oro”.

Eso sí no resulta barata porque hacer que el escroto ofrezca un tamaño mayor cuesta la friolera de 3.200 euros. Se realiza en unos 45 minutos e imaginamos que tiene que ser cuanto menos dolorosa. Pinchar en una zona tan delicada no es plato del gusto de nadie (a menos que necesites hacértelo porque tengas un complejazo por tenerlos del tamaño de dos pasas y ya no aguantes más el choteo de tu chico). Eso sí, tras la intervención, el paciente no puede tener relaciones sexuales durante seis semanas. No compensa.

Lo cierto es que el “scrotox” es un elemento básico en el menú en las clínicas en los EE.UU. y ahora la moda se está extendiendo por Europa. El doctor Mark Norfolk, director de la clínica ‘Transform’ le ha contado al diario  ‘The Sun’ que el bótox no tiene el mismo efecto en la cara que en otras partes del cuerpo. Al parecer, por debajo de la cintura reduce los problemas de sudoración, pero no disminuye excesivamente las arrugas.

Pero tranquilos porque en España está prohibido el uso de la toxina botulínica para cualquier cosa que no sea reducir arrugas de expresión de la parte comprendida entre el entrecejo y las patas de gallo. Aunque con una legislación tan pobre como la que nos regimos en nuestro país se hace la vista gorda a aquellos médicos que inyectan bótox para levantar la nariz, reducir las arrugas sobre los labios o reafirmar el torso y escote (porque de esa manera lo solicitan los pacientes).

Además, esta técnica no tiene respaldo ante la ley y si hay alguna mala praxis, la responsabilidad recaería sobre el médico que la aplicara.

Los expertos dicen que como efecto negativo del escróto es que al hacer crecer los testículos se ven más y cuelguan todavía más con lo que se verían más antiestéticos. También puede afectar a la temperatura constante que deben tener para la producción de espermatozoides porque el tratamiento altera los músculos de la zona.

Teniendo en cuenta que para reafirmar la zona del pecho hacen falta unas 50 bolsas de bótox y cuesta unos 300 euros por aplicación y para el escroto sólo se necesitaría como mucho 20 bolsas. El precio se dispara en el caso de esa técnica.

Sea como sea, en Loottis os recomendamos que antes de haceros ningún tratamiento consultéis con un experto que os pueda aconsejar y siempre poneros en manos de profesionales de la medicina estética para que después no os tengáis que arrepentir de nada.

Y yo me pregunto: ¿Para qué necesita alguien rejuvenecer sus testículos?.

Deje un comentario
Comentario
Nombre
Email