Ángel Guzmán expone su colección titulada "I want to be a butterfly" sobre historias reales de transexualidad

Ángel Guzmán expone su colección titulada “I want to be a butterfly” sobre historias reales de transexualidad

Hoy se inaugura la exposición fotográfica de Ángel Guzmán titulada “I want to be a butterfly”. Llega a la ciudad malagueña de Antequera tras ser expuesta en el Museo Ateneo de Málaga y en el festival Fancinegay 2015. Precisamente el acto tendrá lugar en la Sala de Exposiciones del Ayuntamiento de Antequera a partir de las 20.30 horas. La exposición se podrá visitar hasta el viernes, 20 de mayo, en horario de lunes a viernes de 18.00 a 21.00 horas. La exposición está organizada por la Asociación Colega de esta localidad y colaboran la Agrupación Fotográfica Antequerana AFA y el Ayuntamiento de Antequera.

La muestra versa sobre transexualidad. Destaca la frescura con que, a lo largo de sus diez fotografías, Ángel Guzmán (Granada, 1980) retoma el tema. De esta forma, se trata de mostrar experiencias y visiones del colectivo transgénero con historias reales de personas que aparecen en cada fotografía. Se trata como dice el autor de las fotos: “Quiero ser mariposa para que mi metamorfosis sea rápida”. En ellas consigue crear con gran maestría escenas a caballo entre lo cotidiano y lo marginal, lo lúgubre y lo alegre, lo trágico y lo dichoso, lo individual y lo colectivo.

Y es que Ángel Guzmán no representa a transexuales; representa a personas; representa situaciones determinantes en la vida; representa sentimientos. “Quiero ser invisible. Que no me señalen, me insulten o sea objeto de agresión. Quiero ser mariposa para que mi metamorfosis sea rápida. Quiero ser visible siendo yo”, subraya el slogan de la exposición.

La cámara de Guzmán retrata a personas como Marta, de 6 años, cuyos padres aseguran que: “Jamás pensamos que Marta nos diría que se encontraba disconforme con su cuerpo. El día que nos lo explicó lo que sucedía se nos hizo un mundo, no sabíamos qué nombre ponerle a aquello que nos estaba contando. Al poco comprendimos todas esas cosas que habían estado pasando desde su niñez, y ahora estamos encantados de poder ayudarla y acompañarla en su proceso” o a José Luís, de 20 años, quien expresa a través de su imagen: “El abismo de la soledad. El no tener apoyo de «tu familia». El tener casa, madre y hermano, pero no un «hogar». El tener miedo de descubrirte tal y como eres. Pero, una vez que lo haces, descubres que tu verdadera familia, aunque no de sangre, te quiere, te apoya y te protege mucho más, y que siempre están a tu lado luchando por verte sonreír. Porque, sinceramente, ningún camino es fácil si uno lo hace solo” o la fotografía de Fabiola, de 23 años, quien asegura: “Fue muy duro tener guardado para mí algo tan doloroso e íntimo. Tenía miedo atroz a que lo supieran mis padres. Sus posibles reacciones. Al contrario de mis predicciones me apoyaron y buscamos ayuda. No fue agradable para ninguno. Era un reto en el que no sabían nada, un duelo para todos. Sin embargo, el apoyo de mi familia fue crucial para mi evolución y felicidad. El camino me lo han allanado mis padres y hermanos con su respeto y amor”.

Si quieres conocer el trabajo del fotógrafo de Ángel Guzmán, visita su web: www.angelguzman.es

 

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