Andrew Christian, el hombre gay que hay detrás de la emblemática marca de ropa interior sexy masculina

Hablar de Andrew Christian lo asociamos a ropa interior masculina muy sexy diseñadas para destacar la zona de la entrepierna y a homoeróticos anuncios con chulazos en posturas y actitudes sugerentes. Sin embargo, no siempre estaba destinado a ser así.  El hombre que creó el emporio se crió en la localidad de Fresno, California, un pueblo del Medio Oeste, conservador por naturaleza y no muy amigable con los gays.

Christian, coqueto por naturaleza, nunca ha querido revelar su edad pero cuando lanzó su sello en 1997 era muy joven. Tenía las ideas muy claras y sabía lo que quería hacer. Se escapó de su casa a los 18 años para estudiar moda en Los Ángeles. Comenzó creando ropa deportiva, su verdadera pasión, tanto para él como para sus amigos, esa fue su inspiración. Se dio cuenta que había demanda y no existían muchas firmas especializadas en este sector de la moda y empezó a diseñar ropa deportiva que tuvo éxito.

Christian reconoce que el mundo de la moda es duro y muy competitivo: “Fue muy difícil al principio. Mi nombre no se conocía. Muchas tiendas no querían arriesgarse a comprar mi colección. Tomó bastante tiempo para construir mi negocio. Pero hace unos 15 años empecé a hacer trajes de baño y fue bastante bien. Y hace unos diez años lo amplié a la ropa interior y ahí es cuando la compañía acabó de despegar”, afirma. Hoy por hoy, representa el 70% de su negocio lo que le ha permitido tener 50 empleados y millones de personas a los que le encantan sus diseños, especialmente a compradores gays. Sus diseños triunfan en EEUU, Reino Unido, Alemania, Canadá o España, donde se encuentran sus principales compradores.

Christian compara el despegue de su negocio con el de Internet porque considera que ambos han tenido un impacto en la vida de las personas y fue el mundo virtual el que le ayudó a lanzar su marca al mundo: “Antes de que Internet fuera una parte importante de nuestro negocio, teníamos que amoldarnos a lo que los compradores de la tienda nos pedían y cosas en las que creía no las podía hacer mientras que, ahora, si realmente creo en algo, lo hago. Y vende. Sólo tienes que ir con tu instinto”, dice.

Este mes, el instinto de Christian le ha llevado a publicar su primer libro “Sex = Power = Freedom” (que traducido significa “Sexo igual a poder igual a libertad”) donde ofrece 200 fotos de modelos en ropa interior de su firma junto con mensajes de auto-empoderamiento y un recordatorio de que los gays en algunos países todavía están lejos de tener la libertad de amarse abiertamente: “El sexo está relacionado con la libertad política. Si eres libre de tener relaciones sexuales con quien quieres, entonces eres políticamente libre, así que hay muchas declaraciones sobre la comunidad LGBT y las libertades que disfrutamos, y algunos de los países donde los gays no disfrutan de esas libertades”, matiza. Incluso hay un retrato suyo en el que posa junto al modelo Cory Lee (quien aparece tendido en el suelo con una cadena al cuello que sujeta el propio Andrew) , un libro que recuerda mucho al que hizo Madonna hace algunos años.

Ha podio editarlo gracias a una campaña de crowdfunding con la que recaudó 100.000 dólares para seguir adelante con sesiones de fotos para la publicación. Cientos de chicos le han enviado fotos porque quieren aparecer en el libro como nuevos modelos. Son los conocidos ‘TrophyBoy’ de Andrew Christian.

Sobre si alguna vez recibió críticas por presentar una imagen estereotipada de la belleza masculina asegura que sólo ha recibido elogios por la promoción de un estilo de vida saludable: “Espero poder inspirar a otras personas a ser libres, a ser lo mejor que pueden ser, a ser ese modelo a seguir. Hay muchos chicos en las ciudades pequeñas que no tienen a nadie a quien mirar, no tienen sistema de apoyo”, enfatiza.

Andrew Christian apoya iniciativas solidarias como las que se llevan a cabo en el Centro LGBT de Los Ángeles. La marca está vendiendo actualmente una camiseta de sensibilización del PrEP para costear programas del centro en su boutique de West Hollywood. Christian mismo se ha ofrecido como voluntario en el Project Angel Food, una entidad benéfica que da de comer a los sin techo.

Además Andrew Christian asegura que es un hombre muy afortunado porque jamás ha experimentado homofobia en sus negocios: “Creo que eso ha sido parte de nuestro éxito, que hacemos productos para la comunidad gay. Somos gays. Una gran parte de nuestro personal es gay y no nos disculpamos por ello”.