Amnistía Internacional pide a Rusia que anule la deportación de un periodista gay a Uzbekistán

Amnistía Internacional pide a Rusia que anule la deportación de un periodista gay a Uzbekistán

Khudoberdi Nurmatov, más conocido bajo el pseudónimo, Ali Feruz, es corresponsal del periódico independiente Novaya Gazeta en Moscú, el mismo diario que destapó la “limpieza selectiva” de gays en Chechenia. El pasado 1 de agosto fue detenido por la policía en su camino hacia el periódico donde es corresponsal. Fue llevado a la comisaría de policía y luego a la Corte Basmannyi de Moscú, que escuchó su caso a última hora de la tarde. El juez ordenó la noche del pasado martes que Ali Feruz sea deportado por la fuerza de Rusia a Uzbekistán basándose en la “violación de las normas de entrada o estancia en la Federación de Rusia por un ciudadano extranjero”.

Feruz huyó de Uzbekistán, en Asia central, en 2009 tras ser encarcelado y torturado. El Servicio Nacional de Seguridad de Uzbekistán intentó obligarle a convertirse en un informador secreto. Se mudó allí a los 17 años y obtuvo la nacionalidad de ese país pero después, Feruz regresó a Rusia, donde nació y creció, en el año 2011. Según los informes, pidió refugio y asilo varias veces pero las autoridades rusas de inmigración se lo negaron.

A Amnistía Internacional le preocupa mucho a lo que se enfrentará Feruz al regresar a Uzbekistán: “Ali Feruz es abiertamente gay, un activista de derechos humanos y corresponsal del periódico independiente Novaya Gazeta”, dijo Denis Krivosheev, Director Adjunto de Amnistía Internacional para Europa y Asia Central en un comunicado. “Esta es una combinación casi letal para alguien que está a punto de ser entregado a Uzbekistán, donde la “sodomía” es un crimen y la tortura es endémica. A pesar de la abrumadora evidencia de los riesgos de tortura y otras violaciones de los derechos humanos que Ali Feruz enfrentaría en Uzbekistán, el juez dictaminó que debía ser deportado. Esta decisión es totalmente errónea y contraviene la prohibición absoluta de la tortura y debe ser anulada de inmediato”.

¿Es que ningún organismo internacional puede hacer nada para que deje de cometerse este pisoteo a los derechos humanos fundamentales en Rusia y en todos los países satélites que siguen las mismas draconianas leyes contra la comunidad LGTBI?

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