A "huevazos" y salsa de tomate es recibido el presidente de Hazte Oír en Cataluña

A “huevazos” y salsa de tomate es recibido el presidente de Hazte Oír en Cataluña

“Los violentos de la Dictadura de Género, instigados por Ada Colau y el establishment me acaban de agredir en Pallejà”, publicaba en redes sociales esta mañana Ignacio Arsuaga, presidente de la asociación ultracatólica Hazte Oír. Había acudido a las 11.30 horas a la gasolinera de Pallejà donde esperaba recibir al autobús transfóbico que, por tercera vez cambiaba su lema por “Los niños tienen pene; las niñas tienen vulva; lo dice la Biología; respeto para todos; no al bullying” pero no ha podido ser.

Ignacio Arsuaga agredido en Cataluña

Rodeado de numerosos medios de comunicación a los que él mismo había convocado y escoltado por los Mossos d’Esquadra,  más de un centenar de personas que portaban banderas arcoiris le increpaban y le llamaban “ignorante, fascistas, homófobo o sinvergüenza” tras haber recibido un aluvión de huevos y salsa de tomate. En ese mismo punto del bajo Llobregat, el líder de Hazte Oír se enteraba que el autobús había sido retenido por los Mossos en el peaje de Martorell, en la carretera AP7 a pocos kilómetros de Pallejà y cargaba las tintas contra la alcaldesa de Barcelona que, entre otras lindezas, decía a los medios que era “la imposición totalitaria de una alcaldesa que no quiere mensajes que no comparte. Creemos que es conforme al Estado de derecho de la democracia pero como ven hay personas incluida la alcaldesa de Barcelona que no quieren escuchar el mensaje porque parece que hay políticos que incitan al odio contra nosotros”. Durante sus declaraciones casi no se podía oír la voz de Arsuaga solapada por los gritos de los manifestantes.

Según ha anunciado la Generalitat, el cuerpo policial también inspeccionará el estado vehículo y decidirá si lo inmoviliza o no y Dolors Bassa, consellera de Acció Social le ha abierto un expediente asegurado que podrían multarle con hasta 3.000 euros si continúan con su ruta por Cataluña. “En un espacio de convivencia como Catalunya, donde la discriminación debe tener tolerancia cero, este ya es suficiente motivo para abrir el expediente sancionador”, ha afirmado.

Tercer cambio para el autobús de Hazte Oír

Por su parte, el teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Asens, quiere buscar la fórmula para vetar el paso del autobús por la ciudad condal  bajo la normativa de Derechos de la Infancia y lo ha puesto en manos de los servicios jurídicos municipales aunque entiende que la Fiscalía tiene las manos atadas por la argucia legal y el supuesto fraude de ley en el nuevo  mensaje del autobús de Hazte Oír.

En cuanto a la alcaldesa de Pallejà, Ascensión Ratia, ha dicho que “Es vergonzoso que en pleno siglo XXI se nos intente enseñar pedagogía cuando la pedagogía la hacemos nosotros en casa con nuestros hijos”, anunció que el Ayuntamiento hoy izaba la bandera arco iris y que había firmado una resolución de alcaldía alegando que Hazte Oír incumple el artículo 15 de la Ordenanza de Convivencia Ciudadana de Actitudes de intransigencia e individualismo.

Finalmente Hazte Oír cancelaba la primera parada del desafiante tour aunque Arsuaga seguirá intentándolo haciendo diferentes paradas cuya ruta no ha querido desvelar para que no se vuelvan a repetir estos incidentes.

Está más que claro que el clamor popular mayoritario en toda España no acepta los mensajes transfóbicos de Hazte Oír pero esto es como las cruzadas, Ignacio Arsuaga se ha empecinado en su particular Guerra Santa de lo que él llama “libertad” y no cejará en su intento echándole un pulso a la democracia y al Estado de Derecho al que él tanto recurre pero España no es una empresa privada. Arsuaga logró amedrentar a El Corte Inglés para que retirara un inocente anuncio en el que aparecía una pareja gay forrando los libros escolares de su hijo en la vuelta al cole, este caso es distinto por mucho que busque los resquicios legales para eludir la ley. El problema del autobús no es el mensaje sino la intención sibilina que persigue y no es otra que Arsuaga y sus secuaces no toleran nada que se salga de su concepto cristiano de “normalidad”.

 

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