
Una de cada tres personas LGTBI+ ha sufrido alguna experiencia de sinhogarismo en los últimos cinco años
● Según el Informe ‘Estado LGTBI+ 2025: Informe Socioeconómico’, elaborado por la Federación Estatal LGTBI+, en colaboración con la Universidad de Salamanca.
● La investigación alerta de un empeoramiento sostenido de las condiciones de vida del colectivo por tercer año consecutivo.
Madrid, 15 de diciembre de 2025. – Más de un tercio de las personas LGTBI+ (34 %) ha vivido alguna experiencia de sinhogarismo en los últimos cinco años y un 36% lo ha hecho a lo largo de su vida. Así se desprende del nuevo informe de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (LGTBI+) ‘Estado LGTBI+ 2025: Informe Socioeconómico”, elaborado en colaboración con la Universidad de Salamanca.
Según las conclusiones de esta investigación, también en los últimos cinco años, un 17% de las personas LGTBI+ ha tenido que residir con amistades o familiares temporalmente; un 9% lo ha hecho en un lugar inadecuado; un 10%, en un alojamiento temporal y un 4,5% ha tenido que vivir en la calle. Entre los motivos, el informe revela que la orientación sexual sigue siendo la principal causa; los problemas con la familia, la segunda razón más frecuente y la identidad de género, la tercera.
En este sentido, la presidenta de la Federación Estatal LGTBI+, Paula Iglesias, ha declarado que “estas conclusiones nos confirman que las personas LGTBI+ vivimos en nuestras familias de origen situaciones que nos llevan al sinhogarismo”. “Y es que, a menudo, las personas LGTBI+ experimentamos LGTBIfobia en el ámbito en el que deberíamos encontrar mayor respaldo. Esto afecta tanto a nuestra salud mental, como a nuestras posibilidades de formación o desarrollo profesional y vital”, ha explicado.
“En estas fechas navideñas, muchas personas LGTBI+ no tienen un hogar al que volver, o se ven obligadas a meterse de nuevo en el armario para hacerlo”, ha denunciado. “Por eso, queremos poner en valor a nuestras familias elegidas. A las amistades que nos acogen y nos salvan. Pero no debemos olvidar que esta situación es consecuencia de un problema estructural. Por eso, ponemos la responsabilidad en el Estado y exigimos políticas que frenen el odio y formen a todas las personas, incluidas las familias, en el respeto por la diversidad”, ha reclamado.
“Necesitamos con urgencia un Pacto de Estado contra los discursos de odio hacia los grupos en situación de vulnerabilidad que frene el odio que llega a nuestras casas y se traduce en violencia. Además, reivindicamos el cumplimiento del Real Decreto para la Igualdad LGTBI+ en las empresas para favorecer la empleabilidad y la no discriminación del colectivo en el ámbito laboral, y que nos permita llevar vidas dignas e independientes”, ha reclamado.
Y es que, tal y como ha explicado la responsable de investigación de la Federación Estatal LGTBI+, María Rodríguez, “las cifras de sinhogarismo, junto al incremento de la baja intensidad laboral, sugiere que la inestabilidad habitacional está profundamente vinculada a las dificultades para acceder a empleos estables y con salarios dignos”. “El sinhogarismo emerge como uno de los mayores desafíos socioeconómicos del colectivo y los datos presentados hoy indican que hablamos de algo estructural, no residual”, ha asegurado.
Precariedad en el colectivo LGTBI+
Lejos de los estereotipos que sitúan al colectivo en una posición de privilegio económico, esta misma investigación refleja un empeoramiento sostenido de las condiciones de vida del colectivo por tercer año consecutivo. Según el informe “Estado LGTBI+ 2025: Informe Socioeconómico”, la tasa de desempleo de las personas LGTBI+ ha aumentado un 2% por tercer año consecutivo. Por otra parte, la baja intensidad laboral en los hogares LGTBI+ se dispara del 14,7% hasta el 21,9%.
Otras cifras que destacan la precariedad económica del colectivo son que un 11,5% de las personas LGTBI+ ingresa menos de mil euros al mes (frente a un 7% de la población general) o que el 43,3% no puede mantener la vivienda a una temperatura adecuada (frente a un 17,6% de la población general).
“Los datos de 2025 consolidan tendencias que venimos observando desde hace tres años: incremento sostenido del desempleo, aumento de la baja intensidad laboral y empeoramiento de los indicadores de pobreza relativa y deprivación material. Todos estos elementos confirman una fragilidad estructural que afecta de manera especialmente intensa a las mujeres del colectivo y a las personas trans en general”, revela Rodríguez.
Por eso, la presidenta de la Federación Estatal LGTBI+ incide en que “cuando hablamos de derechos LGTBI+ hablamos de supervivencia, de acceso al empleo, de pobreza, de exclusión y de violencia estructural”. “Es urgente que las instituciones dejen de mirar hacia otro lado cuando se trata de proteger y dignificar miles de vidas”, manifiesta.
