Un incidente en Santander revela el estigma, desinformación y vulneración de los derechos de pacientes de VIH en España

Un incidente en Santander revela el estigma, desinformación y vulneración de los derechos de pacientes de VIH en España

¿Cuál es el protocolo de atención de una persona seropositiva?, ¿tienen los servicios sanitarios autorización para revelar el historial médico de un paciente?, ¿qué información reciben los profesionales de la sanidad sobre la transmisión y contagio del VIH?. Todas estas preguntas quedan en el aire después de enterarnos de un hecho que ha conmocionado a Santander y nos ha dejado perplejos: Los bomberos incineran un sofá y varios muebles de una tienda donde fue atendido un hombre con VIH tras sufrir una hemorragia por miedo a la transmisión de la enfermedad.

Sucedió el pasado 19 de marzo y lo ha denunciado públicamente la Asociación Ciudadana Cántabra Anti Sida (ACCAS) y CESIDA, la Coordinadora estatal de VIH y Sida al Diario.es. Un hombre con una hemorragia en la boca fue auxiliado en un comercio. Advirtió que padecía hemofilia y al ver que no dejaba de sangrar y que perdió el conocimiento, los dueños de la tienda llamaron a los servicios de emergencia y le acomodaron en un sofá en el que dejó manchas de sangre sobre la tapicería y en varios muebles.

En el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla donde fue trasladado, el personal médico del centro sanitario se pusieron en contacto con los propietarios de la tienda de muebles para advertirles que el hombre era portador del VIH y éstos a su vez informaron a la Policía y los Bomberos que sorprendentemente no se les ocurrió otra cosa que quemar el sofá y los muebles que el hombre manchó accidentalmente de sangre, supuestamente, para prevenir que alguien se contagie del virus.

Se da por hecho que los cuerpos y fuerza de seguridad del Estado deben saber cómo se trasmite el virus de inmunodeficiencia adquirida pero como aparentemente demuestran una falta total de desconocimiento, la Asociación Ciudadana Cántabra Anti Sida les recuerda que “el contagio accidental con sangre infectada puede producirse mediante el contacto con una lesión o un instrumento punzante, y que este riesgo tras una exposición con sangre infectada por VIH es de entre el 0,1 y 0,3% ya que el VIH necesita al organismo humano para vivir ya que se aloja y multiplica en las células del sistema inmunitario”. A esto hay que añadir que puesto que el centro hospitalario tiene el historial del paciente, debe saber que al no haber un contacto directo con una herida abierta y tampoco nadie se cortó o pinchó directamente cuando el paciente fue atendido existe una nula probabilidad de transmisión de la infección.

En cuanto, a la Consejería de Sanidad de Cantabria reconocen el grave error ya que no se puso en marcha ningún protocolo para dar respuesta a las personas implicadas en este incidente, a pesar de la insistencia de las personas que estuvieron en contacto con el enfermo, que han pasado incluso distintos test para confirmar que no han sufrido contagio. Las asociación de lucha contra el VIH quieren que se depuren responsabilidades para saber porqué el centro hospitalario revelo datos confidenciales sobre un paciente y porqué nadie informó de cómo limpiar el sofá y los muebles que condujo a la policía local a dar la orden para que los bomberos los incineraran.

Según ACCAS, “esta situación demuestra que no estamos preparados para atender cualquier emergencia y que la sociedad estigmatiza a las personas que viven con VIH. La falta de información al respecto siguen siendo los principales obstáculos para dar una respuesta eficaz ante el VIH y el sida”.

ACCAS reitera que este tipo de “desinformaciones” y la “falta de rigor” desde un punto de vista científico con respecto a la trasmisión del virus “no hacen más que alimentar el rechazo y el estigma hacia las personas que viven con VIH, generando una alarma absolutamente innecesaria en la población”.

Nefasta la actuación de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Cantabria, a pesar de tener activa una campaña de prevención e información sobre el VIH y el Sida, han demostrado una total descoordinación y desinformación sobre el tema y lo peor es que han alarmado innecesariamente a la población logrando un efecto negativo sobre los enfermos de VIH al proyectar una imagen sobre ellos de “parias sociales”. Como también ha sido pésima la respuesta del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla al revelar datos personales que atentan contra la intimidad de los pacientes.

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