Maus Habitos

Podemos comenzar con el nombre: malos hábitos.

Malos hábitos porque la intervención cultural, para ser socialmente expresiva y fructífera, de modo que no termine en la dimensión de lo meramente decorativo, no puede ser “bien portada”. Debe ser innovador, subversivo, transgresor.

Malos hábitos, porque es un espacio que no está definido.

No tiene un escenario italiano, pero ofrece condiciones para organizar conciertos y obras de teatro.

No es una galería, pero tiene espacios apropiados para recibir exposiciones y mantienen un programa artístico activo.

No es un estudio, sino que desarrolla programas de residencias y convivencia artística, tanto prácticas como teóricas.

No es un club nocturno, pero le gustan las fiestas y las bebidas al final de la tarde.

No es una cocina tradicional, pero le gusta comer bien, probar nuevos sabores y fomentar ciertos vicios de mesa.

Es una plataforma de experimentación alternativa y profesionalizada.

Es un espacio de informalidad, colaboraciones artísticas y convergencias culturales.

Es más bien un productor cultural, con una conciencia artística de intervención, produciendo y presentando programas artísticos que trabajan en la condición contemporánea de la cultura.

Es un espacio abierto, urbano, bastardo y emblemático de la ciudad.