La UNESCO reconoce al Aceite de Oliva Virgen Extra, como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. En esencia, se reconoce un modo de comer, una forma de vida y en la Olivera Ntra. Sra. de Guadalupe, se defenderá estos conceptos en alimentación siempre.
Andalucía, fue pionera en la producción de Aceite de Oliva, y abarca el 80% del total del aceite producido en España, siendo el mayor país productor mundial de Aceite de Oliva Virgen Extra.
Con los esfuerzos de generaciones de cordobeses y el sol de Baena, se nutre al olivo, pues cuando se habla de aceite, no se refiere solo a un alimento, y es por ello que la UNESCO lo reconoce como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La Cooperativa Olivarera Nuestra Señora de Guadalupe, se encuentra en Baena y tiene todo lo necesario para llevar al Aceite Oliva del campo a la despensa.
Cuando se recoge la aceituna, se somete a un proceso de limpieza para, posteriormente, quedar guardada en 24 depósitos a la espera de ser machacadas antes de las 24 horas. Esta masa llega a las batidoras y pasa por el decanter y centrífugas verticales, donde se vuelven a realizar una segunda y una primera extracción, dependiendo del tipo de AOVE. Finalmente, el aceite llega a las bodegas para ser envasado y poder distribuirse a los hogares andaluces.
Los aceites de oliva virgen extra certificados de la Olivarera cuentan con la Denominación de Origen por parte del Consejo Regulador, el cual los someten a controles de calidad y origen. Los municipios que cuentan con esta denominación son: Doña Mencía, Luque, Nueva Carteya, Zuheros, Albendín, Castro del Río, Cabra y Baena, todos se encuentran al sur de Córdoba.
Se mantienen compromisos con el medido ambiente y se establece planes de cómo gestionar los residuos, para que el agua usada utilizada para lavar la aceituna, posteriormente sea depurada y pueda depositarse al cauce público.
La hoja de la aceituna y el alperujo, también se mandan a la central de residuos, donde del alperujo se obtiene el aceite de Orujo y la hoja de la aceituna, el hueso y el orujillo, se queman para producir electricidad controlando las emisiones de partículas y monóxido de Carbono (CO).