Cirugía de reasignación de género

Cirugía de reasignación de género

La cirugía de reasignación de género es un procedimiento complejo que tiene como objetivo principal adecuar las características sexuales de una persona transgénero a su identidad de género, permitiéndoles así vivir de manera más auténtica y satisfactoria. Este procedimiento se realiza en un contexto clínico y se lleva a cabo por un equipo médico especializado, en el cual se incluye la cirugía plástica y reparadora.

El proceso de reasignación de género implica varios pasos y puede variar en función de las necesidades individuales de cada persona. Antes de la cirugía en sí, los pacientes deben pasar por un proceso de evaluación médica exhaustivo para garantizar que son candidatos adecuados para el procedimiento. También se les brinda información detallada sobre los riesgos y beneficios de la cirugía y se les aconseja sobre las opciones disponibles para ellos.

En términos generales, la cirugía de reasignación de género implica la modificación de los órganos sexuales primarios de una persona para que se correspondan con su identidad de género. En el caso de las personas transmasculinas, esto puede implicar la construcción de un pene a través de técnicas de injerto de tejido o la eliminación del útero y ovarios. Por otro lado, las personas transfemeninas pueden someterse a una vaginoplastia, en la que se construye una vagina utilizando tejidos de otras partes del cuerpo.

Además de la cirugía genital, muchas personas transgénero también optan por otras cirugías para modificar sus características sexuales secundarias. Esto puede incluir cirugía mamaria, cirugía facial y corporal, y cirugía de voz. En el primer caso, las técnicas quirúrgicas empleadas tanto para la masculinización como la feminización del torso son sencillas y muy bien toleradas, y los resultados muy satisfactorios:

  1. Masculinización del torso: se realizan mastectomías subcutáneas manteniendo el complejo areola-pezón o injertos dependiendo del tamaño y exceso de piel y glándula mamarias, con cicatrices ubicadas en el pliegue inframamario o en la areola en función de la técnica utilizada.
  2. Feminización del torso: la técnica empleada con mayor frecuencia es la implantación de prótesis mamarias seleccionadas tanto de forma como de tamaño en función de las proporciones del tórax. En estos casos, la cicatriz suele ubicarse en el futuro pliegue submamario.
  3. Cirugía facial: incluye tanto la rinoplastia de reducción para feminización del rostro como la de aumento en el caso contrario. Ésta última puede sustituirse por procedimientos de remodelación no quirúrgicos, fundamentalmente mediante la inyección de fillers tipo ácido hialurónico.
  4. Cirugía corporal: mediante lipomodelación y rellenos con injertos de tejido adiposo.

Es importante tener en cuenta que la cirugía de reasignación de género no es un proceso fácil y puede llevar varios años para completarse. Sin embargo, para muchas personas transgénero, la cirugía es una parte crucial de su transición de género y puede tener un impacto significativo en su bienestar emocional y físico.

En conclusión, la cirugía de reasignación de género es una herramienta importante para ayudar a las personas transgénero a vivir de manera auténtica y satisfactoria.

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