Miguel Á. Silvestre: “Veo los problemas que hay con los gais fuera y digo: Mi país es maravilloso
“Lo mejor cuando uno empieza a encontrarse mal es comerse un diente de ajo crudo. No falla”. Quien vende semejante remedio no es un venerable boticario, ni una centenaria abuela, ni la clásica madre universal. Es ni más ni menos que Miguel Ángel Silvestre (Castellón, 1982), el galán que, hace unos años, tuvo enamorado a media España; la otra, simplemente, le